Sí, amiga...
Se le olvidó darme el beso
cuando me dijo adiós.
Ya intuí que algo raro pasaba.
¿Sabes? En otros tiempos
fue muy zalamera.
Tal vez se acordó de Judas
y no quiso con un beso
sellar su traición.
--Joaquín--
Era de esperar, todo lo que aprendemos en la más tierna infancia se graba en nuestro cerebro a fuego candente; es para toda la vida. Esto lo saben bien los políticos de ahora y de siempre; por eso pretenden manipular la educación y servirse de ella para sus aviesos fines.
Dice el psicólogo Lászlo Polgar que cualquier niño se puede convertir en un prodigio en cualquier campo si se trabaja con ellos desde que son muy pequeños.
Pero lo de Lászlo no se quedó sólo en teoría, para demostrar que lo que decía era verdad, entrenó a sus hijas en el arte del ajedrez desde los cuatro años. Las tres niñas se convirtieron en prodigios del ajedrez; la más joven, Judith, está considerada la mejor jugadora de la historia..
Joaquín
La memoria recuerda todos los hechos de tu infancia ,desde el número dela zapatilla de tu madre hasta tu primer maestro ,en mi caso tras 45 años fuera ahora que he regresado al pueblo ,tus fotos y escritos me hacen recordar mi infancia graciad
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