sábado, 28 de noviembre de 2020

El precio de un hombre

                                                                                       



¡Qué descansada vida

la del que huye del mundanal ruido

y sigue la escondida

senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido!

Vivir quiero conmigo,

gozar quiero del bien que debo al cielo,

a solas, sin testigo,

libre de amor, de celo,

de odio, de esperanzas, de recelo.

--Fray Luis de León--



Doscientos mil euros cuesta fabricar un ser humano. Sí, lo que oís, eso es lo que nos vale los cincuenta y nueve elementos básicos que hacen falta para construirlo. 

El oxígeno es el principal elemento (61% de nosotros es puro oxígeno) y el hidrógeno (un 10%) En cuanto al precio debéis saber que estos dos componentes cuestan muy poco; por apenas 60 euros los tenemos.

El tercer elemento más abundante en nuestro cuerpo es el carbono. Unos 13 kg. necesitamos para un adulto. Éste sí que cuesta; unos 50.000 euros valen esos kilos. 

Luego vienen una serie de materiales más baratos como el calcio, el fósforo o el potasio, aproximadamente 55.000 euros nos cobrarían por ellos si vamos a la parafarmacia a comprarlos. El resto de ingredientes son muy caros, pero como la cantidad que necesitamos es ínfima, pues poco dinero habría que soltar, hablo del torio, el estaño, el azufre y unos pocos más (hasta esos cincuenta y nueve).

Bien, ya tenemos en el laboratorio los elementos necesarios y la cantidad exacta metidos en botes bien definidos pero ¡Buah! No hemos contado la mano de obra, ¿Dónde coño buscamos a alguien capaz de realizar la proeza de recomponer todo eso y hacer que el tipo fabricado se mueva y piense?.

Sorprende que con estos cuantos elementos, fríos e inertes, se forme un ser humano, tan cálido, con esas carnes bamboleantes, con ojos que lo ven todo a su alrededor, con un corazón que bombea decenas de litros de sangre al día, y tan ágil como una gacela. 

Pero, desengañemonos, no hay nadie capaz de recomponer una persona, ni tan siquiera fabricar una célula, de momento.. Eso, sí, ya habéis visto lo baratos que somos en cuanto a precio.  

¡Ay, si los pobres valencianos pudieran fabricar a los seres queridos que han perdido estos días!.

Joaquín





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