Una memoria prodigiosa..

                                                                                     

      

Nunca la duda el corazón te enfríe;

marchita la ilusión quien la razona;

no escudriñes el bien; goza y sonríe;

no te asombres del mal: ama y perdona.

--Ricardo León--

Había una vez en Alejandría, Egipto, un tipo, Aristófanes de Bizancio, con una memoria prodigiosa, se sabía de memoria todos los libros de la famosa biblioteca.

Un día el gran Ptolomeo, rey de Egipto, organizó un concurso de poesía y buscó a seis personajes ilustres de la ciudad para que actuasen de jurado, entre ellos Aristófanes.

Todo preparado ya, fueron recitando uno a uno los aspirantes a poetas sus versos. Seis fueron los elegidos después de mucho debatir... de debatir todo el jurado excepto Aristófanes, que se mantuvo callado. Extrañados todos, se le preguntó el porqué de su actitud. Aristófanes se levantó y con voz clara y rotunda dijo al publico que asistía evento que todos los seleccionados eran plagios menos uno, al que habría que darle el premio..

¡Y eso! ¡Qué sorpresa! ¡Qué escándalo!, La gente no daba crédito a lo que oía en boca de Aristófanes. Éste se levantó de su asiento, se dirigió a las estanterías de la biblioteca y fue sacando de ella unos cuantos libros; demostró en ellos que cinco de las poesías señaladas eran simples copias de otras que ya estaban escritas. Sólo uno era original, y él se llevó el premio..

El rey Ptolomeo nombró a Aristófanes director de la Biblioteca a perpetuidad; premió así su extraordinaria memoria. Esto del plagio, como veis, viene de lejos, incluso yo no me sustraigo a él; esta historia que os cuento la acabo de leer en un libro de moda.. En fin..

Joaquín