Te vi un punto y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura orlada en fuego
que flota y ciega si se mira al sol.
Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos
pero adónde me arrastran, no lo sé.
--Bécquer--
Los Homo Sapiens (es decir, nosotros), de tez oscura y aspecto negroide, fuimos saliendo del continente negro y nos extendimos por toda la tierra. A Europa llegamos hace sólo 40.000 años y debido a la falta de sol con el tiempo blanqueamos la piel. En América pusimos los pies hace dos días como aquel que dice, 12.000 años y en Oceanía 65.000, pero... ¿Cómo demonios hemos llegado a ser los amos del mundo?... Pues mirad que curioso..
Cuando aún éramos casi simios, hace 2,5 millones de años, ya teníamos el cerebro bastante grande para nuestro tamaño. El hecho de ponernos de pie (a dos patas en vez de a cuatro como íbamos antes) nos hizo liberar las manos y comenzamos a fabricar rudimentarios utensilios; luego poco a poco fuimos desarrollando la inteligencia.
El cerebro de un humano normal supone el 3% del peso corporal, pero consume el 25 % de la energía; ¡imaginaros entonces hace esos 2,5 millones de años a un tipo con ese pedazo de cabeza y destinando gran parte de su energía al cerebro!.. Pues los músculos se atrofiaron impidiéndonos competir en la caza con los grandes felinos.
Fijaros, durante dos millones de años los Homos (nuestros antepasados) a pesar de tener mayor cerebro aún permanecían en medio de la cadena alimentaria; teníamos que esperar a que los leones terminaran de papear la pieza cazada para acercarnos a carroñar. Pero esto cambió hace unos 100.000 años, a partir de ahí escalamos a la cima de ésa cadena; la invención del fuego pudo ser determinante en esa evolución...
Sí, el fuego nos cambió. Pudimos comer alimentos variados, los dientes se nos hicieron mas pequeños (no hacía falta masticar tanto) el intestino se acortó y necesitábamos menos tiempo para hacer la digestión; con todo esto al cerebro llegaba la energía que necesitaba cada vez más. En fin, y así, poco a poco exterminamos a nuestros primos hermanos Neandertales, y así, poco a poco estamos exterminando a todo bicho viviente; y hasta ahora...
Joaquín
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