A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron;
cuna y sepulcro en un botón bailaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron;
en un día nacieron y expiraron;
que pasados los siglos, horas fueron.
--Calderón--
Hace unos días se cumplieron 76 años del suicidio de Adolf Hitler. Lo hizo en su bunker de Berlín donde llevaba recluido unos meses mientras las tropas soviéticas le pisaban los talones para cepillarselo..
A diferencia de su amante y esposa Eva Braun, que lo hizo con cianuro, él se pegó un tiro en la sien. Eso si, quedó dicho a sus ayudantes que quemaran sus cadáveres para que nadie los profanaran. Imaginaros que los rusos hubieran encontrado sus cuerpos, ¡menuda fiesta macabra hubieran montado con ellos!.
Ya pasó eso con Mussolini y su amante Clara Petacci que los colgaron en mitad de una plaza en Milán, y la chusma, que poco antes les habían jaleado, luego se cebó con ellos; no quedaron ni los huesos. Suele pasar, la gente cambia de bando al mínimo contratiempo..
Hitler podía haber huido, había aviones y pilotos dispuestos a sacarlo de Alemania y esconderlo en Sudamérica, pero él quiso morir en su país, quizás fuera lo único que hizo con dos dedos de frente.. Dejó escrito en su diario que no quería la guerra, que le obligaron los aliados y que moría feliz, ¡ya ven, después de la que organizó!.. Se despidió de este mundo alabando a sus soldados y maldiciendo a sus generales, a los que culpaba de la derrota.. En fin..
Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario