Tus palabras espolean mi razón de ser,
son el acicate necesario de mis despertares.
Tus deseos de amarme, prodigiosos y desbordantes,
la argamasa donde se adhieren mis sueños.
--Joaquín
A la hora de comprar un libro me da la nariz que está la cosa en tablas (empate) entre los dispositivos electrónicos del tipo Kindle y los libros de siempre, es decir, los de papel. Aunque debemos reconocer que hace un lustro todos creíamos que aquellos iban a sustituir de manera abrumadora a estos últimos. Ahora sé que no va a ser así, por muchos motivos..
Sin dudar de la comodidad del Kindler y su alta capacidad para contener miles de libros en una sola Tablet, no hay comparación posible entre el tocar con los dedos el papel y la portada de un libro y la frialdad de un aparatito. Además es mil veces preferible gastarte los 20 pavos de un libro calentito y recién salido al mercado (uno lo considera una adquisición propia como una pequeña joya u obra de arte) que un dispositivo electrónico que se puede borrar en cualquier momento..
Y hablando de borrar, no es la primera vez ni será la última que Amazon, la empresa propietaria de los Kindles más vendidos, decida suprimir y borrar un libro por motivos peregrinos, como problemas de derechos de autor o ¡vete a saber!, con lo que después de haber pagado los 10 euros que suelen costar bajarte los libros electrónicos nunca sea tuyo realmente..
En fin, yo creo que no hay color: ir a la librería, comprarte tu libro después de empaparte de las últimas novedades del mercado literario, llevártelo a casa, tocarlo, manosearlo, leerlo, y después colocarlo en tu estante, aunque nos cueste un poco más, es un placer inmenso que nunca será sustituido por algo tan etéreo y evanescente como es un libro electrónico..
Joaquín
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