Fahrenheit 451..

                                                                                      

En una noche clara

cuajada de besos

y luna llena te encontré

En una noche oscura

de silencios y amarguras

te perdí.

--Joaquín--

Algunos de vosotros habréis visto la película “Fahrenheit 451”, basada en la obra del mismo título de Ray Bradbury; el otro día la repusieron en una cadena, y la vi y, aunque ya había leído el libro hace mucho tiempo, volví a recordar la congoja que me supuso su argumento entonces..

Para el que no lo sepa la cosa va de quemar libros. Si, las autoridades de los Estados Unidos creen que los libros son dañinos para la convivencia. Leerlos supone un acto de melancolía nociva porque pervierte la paz de espíritu de los ciudadanos..

Los bomberos en vez de dedicarse a apagar fuegos queman los libros que la policía requisa a gente "desaprensiva" que aún guarda de manera clandestina algunos en sus casas. No obstante se crea toda una resistencia de tipos y tipas atrevidos que, aún arriesgando sus vidas, conforman una tupida red de salvadores de libros. 

Estos se organizan de tal forman que cada uno de ellos memoriza algún capitulo o frase de las principales obras escritas, como el Quijote, la Odisea, Madame Bovary, etc. etc. y luego traspasan a sus hijos y nietos con la intención de que cuando acabe la represión lectora, salvaguardar los argumentos y volverlos a imprimir..

Prohibir libros que les son hostiles siempre ha sido un empeño de mandatarios sin escrúpulos que no aceptan las reglas del juego democrático. Los libros pueden ser una metáfora de mil cosas, por ejemplo de dirigentes y partidos políticos que insisten en imponer sus trasnochadas creencias políticas y sociales particulares a todo un pueblo, y en realidad es sólo por el bien de ellos mismos; ejemplos no faltan últimamente en nuestro país..

Por cierto, Fahrenheit 451 (232,8º centígrados) es la temperatura en la que el papel de los libros se inflama y arde..

Joaquín