Enemigas íntimas..
Surge
la tarde en mi semblante yerto
aterradora
lobreguez, y sobre
tu
piel tostada por el sol, el cobre
y
el sepia de las rosas del desierto.
Y
en el regazo donde sombra eterna
del
peñascal bajo la enorme arruga
es
para nuestro amor nido y caverna,
las líneas de tu cuerpo retorcidas
en
el torso viril que te subyuga ,
con
una gran palpitación de vida.
--Manuel
J. Othon--
En
algunos países del mundo se da la circunstancia de que tienen
no una ciudad principal, sino dos ciudades sobresalientes, y esto es
una suerte para el país que las acoja..
Tenemos,
por ejemplo, Italia, con Roma de capital y Milán
como competidora. Otro ejemplo cercano seria Portugal, en
donde Lisboa es su metrópoli y Oporto la que
pudiéramos llamar, la otra. Un poco más lejos pero en el mismo
continente me acuerdo de Rusia con Moscú de capital
y San Petersburgo de comparsa.
De
otros lares allende nuestras fronteras continentales me viene a la
mente Australia, con sus dos joyas de la corona, Sídney y
Melbourne, ambas modernas y prósperas urbes. O Brasil, con su
divertida y festivalera Rio de Janeiro, y su hermana
mayor, la industriosa y emprendedora, Sao Paulo. Las dos
millonarias en población y, sin embargo ninguna tiene el honor
de ser capital de ese inmenso país. Hay más ejemplos, pero quiero
hablar de lo nuestro.
Lo
nuestro es, Madrid & Barcelona, una dualidad,
un pique, o una feroz competencia, como queramos llamarla, llevada
a todos los terrenos, incluido el deportivo. Las dos son núcleos de
una amplia zona metropolitana varias veces millonarias. Entre las dos
acaparan el 50% de la riqueza del país.
De Madrid como
capital, y ya desde finales del siglo XVI que la designara
Felipe II, se ha dicho siempre que ha sido una ciudad cortesana,
asiento de funcionarios, nobles y pedigüeños, acaparadora de
gran parte de los caudales públicos. De Barcelona sin
embargo, justo lo contrario, una urbe trabajadora, atrevida
y moderna. Y tal vez fuera cierto, hasta hace unos años.
Madrid
ha ganado enteros de treinta años para acá. De ser, casi, un
poblachón manchego (como dijo alguien) y favorecida por el
funcionariado del estado franquista, ha pasado a ser una ciudad moderna, abierta y eje
de una amplia zona metropolitana de más de seis millones y medio de
habitantes.
Barcelona,
según las estadísticas ha crecido, pero menos. Aun así sigue
siendo la ciudad más visitada de España. Barcelona tiene
en su haber el privilegio de estar enclavada en un lugar inmejorable;
entre montaña y mar.
Barcelona,
aún más que Madrid, fue la gran beneficiada de todos los
políticos de turno desde el siglo XVIII, incluso con Franco. Ahora y
por mor del nacionalismo se está convirtiendo en una ciudad
provinciana, antipática y pacata, donde los okupas, los independentistas
radicales y demás patulea se han adueñado de la ciudad, que está
perdiendo enteros a pasos agigantados.
En fin, ¡con lo que fue Barcelona hasta hace unas décadas!
Joaquín
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