Te vi un punto y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura orlada en fuego
que flota y ciega si se mira al sol.
Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos
pero adónde me arrastran, no lo sé.
--Bécquer--
Numancia era en el siglo II, a.c. una población de tamaño medio para la época. Estaba poblada por los fieros arévacos, una orgullosa tribu celta asentada en lo que ahora es Soria desde hacía cinco siglos.
Los romanos andaban ya por aquí intentando someter a todos los del lugar. En el año 153 a.c. los numantinos habían conseguido vencer a un ejercito romano muy superior causándoles más de 30.000 bajas.
Y resulta que, entre pitos y flautas, llevaban veinte años de guerras y escaramuzas y no había manera de conquistar la osada ciudad...
¡Roma no aguantaba más!, así que instó al senado a tomar una determinación final para acabar con esos indómitos hispanos... Y el senado tomó nota; envió un ejército bien pertrechado de unos 40.000 legionarios al mando del mejor general que tenían, Publio Cornelio Escipión, un tipo listo y curtido en mil batallas...
Escipión sabia que en una guerra abierta habrían muchas bajas romanas, así que se propuso asfixiar económicamente la ciudad; para ello construyó un muro enorme alrededor de la ciudad y lo mantuvo inexpugnable durante más de un año. Los numantinos aguantaron lo indecible, pero llegó el momento en el que se terminaron las provisiones. No había comida, no había agua, no había nada..
Pero antes de rendirse le prendieron fuego a la ciudad y se hicieron matar unos a otros; ¡todo antes de caer prisioneros!..
Cuando los romanos entraron en la ciudad sólo encontraron un erial calcinado, en ruinas y sin rastro de ser humano alguno. Sólo a 50 numantinos lograron capturar con vida, a los que pasearon prisioneros semanas después en un desfile triunfal en Roma..
Numancia cayó, pero empezó su leyenda. ¿Pasará algo parecido en Ucrania ¿Estará todo calcinado cuando entren los rusos? Pues...
Joaquín
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