Napoleón había ordenado buscarme como fuera. Me mandaba cartas invitándome a visitarle, me animaba a asistir a bailes, pero yo me resistía, estaba casada, le decía una y otra vez; temía que Napoleón sólo quisiera hacerme su amante, ni más ni menos..
Y sucedió.. tanto insistieron todos, incluso mi marido ignorante él de lo que se avecinaba, que accedí a verlo en sus aposentos, muy a mi pesar, conste..
A las diez de la noche vinieron a buscarme en coche. Cubierta en un velo blanco me introdujeron casi a la fuerza en el vehículo, que salió a toda prisa hacia el palacio de Varsovia donde pernoctaba Napoleón.
Cuando estuve en su presencia rompí a llorar. El se acercó y me dijo unas palabras que no entendí.. En aquel momento quise huir, pues presentí la vileza del adulterio que iba a cometer. Era la primera vez que me sucedía..
Napoleón se cabreó conmigo y gritando me decía:
--¡Quiero que me ames! ¡Es más, voy a obligarte a que me ames!
Me desmayé del miedo. Napoleón aprovechó el desmayo para violarme, lo cual poco dice de su honestidad como hombre.
Cuando desperté comprendí lo irremediable. Napoleón me miraba con ojos lánguidos, ¿tal vez arrepentido?. No sé..
Luego me levanté, fui hasta él, le besé en la mano y le dije:
--Te perdono
Napoleón me tomó en sus brazos y comenzó a besarme apasionadamente. Yo le interrumpí:
--¿No pensarás que voy a volver a mi casa, no?. Ahora soy tuya. No voy a reanudar mi vida con mi marido como si nada hubiese ocurrido ni volveré a verte a escondidas como una cortesana.
--Tienes razón, María, vivirás conmigo---me contestó él
Luego me desnudó e hicimos el amor, pero ya con mi consentimiento.
Por cierto, estuvimos juntos unos años, y me hizo un hijo, luego nos abandonó a los dos para casarse con una heredera de la realeza.
María Walewska
Napoleón Bonaparte
María Walewska, amante de Napoleón
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