Madre, yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado,
pues, de puro enamorado,
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
--Quevedo--
Vaya por delante que David, “el de las mañanitas” era el preferido por Dios para ser rey de Israel. Pero era un pájaro de mucho cuidado. No obstante David y sus herederos quedaron para la posteridad como una familia a envidiar, una estirpe judía digna de alabar; el mismo Jesucristo decía que provenía de la estirpe de David. ¡Cuántos elogios, cuántos seres por el mundo alardeando con su nombre!, y sin embargo...
Se levantó David de la siesta un día y, paseando por la terraza de su palacio, vio a lo lejos a una hermosa mujer bañándose en el patio de su casa, y le gustó. No lo pensó dos veces, llamó a sus guardias y ordenó que inmediatamente la trajeran a su presencia. Así lo hicieron y...
Bertsabé, que éste era el nombre de la bella dama, llegó a palacio y se acostó con el rey David. ¡Qué remedio, el rey es el rey, a ver quién le dice que no!. Que le pregunten a Corina.
Terminaron la faena y Betsabé se lavó sus partes íntimas trece veces; esto lo dice la Biblia. Es costumbre judía que la mujer debe lavarse cada vez que tenga relaciones ¿Pero trece veces? ¿Hizo David el amor a Betsabé trece veces en una tarde? Pues eso se deriva del los textos bíblicos.
Después quiso David desposarse con Betsabé. Pero antes tenia que deshacerse de su marido, el oficial de su ejercito, Urias. Claro que eso era fácil para un rey sin escrúpulos. Le mando al frente con una carta de recomendación. Eso creía el marido de Betsabé, pero en la carta realmente le ordenaba al comandante del ejercito que pusiera a Urias en primera fila en la guerra. El pobre Uria no tardó en morir por la patria, y por el rey; lo que dejó el camino libre a David para sus apetencias amatorias. Con ella tuvo a Salomón. Pero eso es otra historia..
Joaquín
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