martes, 23 de febrero de 2021

El extraño caso de las hijas de Eva





Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar,

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas,

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido…desengáñate,

¡así no te querrán!

--Bécquer--



Todo empezó en el Paraíso Terrenal. 

Por allí andaban Eva Adán en pelotas picadas haciendo de su capa un sayo, libres como el viento y más felices que pajarillos en primavera; acababan de ser creados.

Dios les había dejado las cosas bien claras. Les advirtió: 

--Haced lo que os de la gana, retozad, procread hijos a tutiplén si os apetece. Sólo una condición os impongo. Jamás comáis el fruto de esa higuera que crece en mitad del Paraíso. 

Y le señaló el árbol en cuestión.

Pero, ¡Ay! el demonio estaba al acecho y, disfrazado de serpiente se acercó a Eva y le ofreció el más jugoso higo de la higuera, ¡el árbol prohibido!. A cambio de un mordisco el demonio les prometió ser omnipotentes, como Dios. 

Eva hincó el diente al higo y animó a Adán a hacer lo mismo, que también sucumbió a la tentación.

Enterose Dios de la deslealtad y bajó al Paraíso. Los llamó a voces:

---¡Adán! ¡Eva!...

Al ver llegar a Dios, la pareja se dio cuenta de su desnudez y se avergonzaron. Se taparon sus partes pudendas con unas hojas de la higuera. 

Dios estaba muy enfadado con ellos por desobedecerles. Les gritó fuera de sí: 

---¡Sois unos mendrugos, a partir de ahora sufriréis para comer, para vestiros, y hasta para parir tú, Eva!.

Estaba claro que los declaró culpables, sobre todo a ella. Además los expulsó del paraíso.

Así estaban los ánimos por el Edén. Pero, ¿y si yo os dijera que Adán se comió el higo de Eva?. Sonaría feo, supongo. Pero es que fue realmente un higo lo que se comieron y no una manzana. El manzano no se introdujo en Oriente Medio, que es donde se desarrollan todos los hechos bíblicos, hasta mucho después. 

El error viene de cuando San Jerónimo tradujo la Biblia del griego al latín, la llamada “Vulgata”, que es la biblia que tenemos todos los cristianos. Ahí metió la pata.

Por cierto, por qué tuvo que ser Eva la primera en dar el mordisco, ¿Era más atrevida y Adán un calzonazos?  ¿Y si fue Adán el que comió primero y luego le ofreció a Eva?.. Yo me creo más esto último. 

Por culpa de este equívoco pasaje vosotras, las mujeres, como hijas de Eva, habéis sufrido lo indecible. 

Joaquín






                                                                 

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