miércoles, 24 de febrero de 2021

¿Es posible odiar a un hermano de esta manera?

                                                                                       



Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte,

contemplando,

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte,

tan callando;

cuán presto se va el placer,

cómo después de acordado

da dolor;

cómo a nuestro parecer

cualquier tiempo pasado fue mejor.

--J. Manrique--



Adán y Eva, nuestros primeros padres según la Biblia, tuvieron dos primeros hijos, Caín y Abel. Más tarde Eva parió a Set. Las peripecias por el Paraíso de esta gente desembocó en lo que pudiéramos llamar, el primer crimen de la historia.

Fue un crimen fratricida rural, porque se dieron los condicionamientos que tantas veces ocurren en los pueblos de la España profunda: tierras, herencias, odios, venganzas..

Abel era de profesión ganadero. Se hizo, el tipo, con un buen rebaño de ovejas que pastaban a su albedrío por los verdes prados del Edén. A Caín, sin embargo, le gustaba el campo y la sementera; agricultor fue el mozo, y sus buenos sudores le costaba sacar adelante sus raquíticas cosechas.

Como no sabemos de sus apariencias físicas, podemos especular: quizás Abel fuera alto, delgado, guapete, delicado, madrero, mimosón. A sus padres se les caía la baba con el niño. 

Por el contrario, de Caín todo apunta a que era más bien chaparrete, basto, rudo, de modales toscos y con broncas continuas con Adán, su padre. Así que ya tenemos los motivos del crimen; nos falta el detonante..

Por aquellas fechas, cada cierto tiempo había que hacer ofrendas a Dios; era el tributo a pagar por vivir en el Paraíso. Abel no fallaba; un cordero de su rebaño ofrecía cada vez. Caín verduras, hortalizas o un haz de trigo, qué otra cosa podía ofrecer, el pobre, era agricultor. Y, ¡claro!, no hay color, mejor el cordero de Abel. Así que Dios y el resto de los habitantes del Edén, le cogieron manía a Caín.

Debió ser que la cosa se enquistó y, Caín,  harto de tanto desprecio por parte de Dios y de sus padres, una mañana, escondido tras unas zarzas le asestó un garrotazo mortal con la quijada de un burro a su hermano Abel. que, confiado, pasaba en busca de sus ovejas. Luego escondió el cadáver..

Ya tarde y camino a casa oyó la voz de Dios que le decía:

--Caín, ¿Dónde está tu hermano?.

--No lo sé-- respondió-- ¿Soy yo, acaso, el guardián de mi hermano?

--¿Qué has hecho?-- le dijo Dios-- ¡La sangre de tu hermano clama venganza. Serás maldito sobre la tierra y vivirás errante hasta la muerte!..

Desesperado, Caín salió del Edén sin despedirse de nadie y se marchó al norte; nunca más se supo. Todo apunta que le esperaba la indigencia..

En fin, cosas de familia. Conste que la tierra está llena de Caínes y Abeles que siguen haciendo de las suyas. Lo vemos a diario.

Joaquín





1 comentario:

  1. La envidia es muy mala consejera y no respeta ni siquiera a los miembros de la familia.

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