Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma…
¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor… Con pena
logré balbucear breves palabras…
¿Quién me dio la noticia?… Un fiel amigo…
¡Me hacía un gran favor!… Le di las gracias.
--Bécquer--
No hace falta deciros el problemón que hemos tenido siempre en Fuente de Cantos con el agua, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando las autoridades municipales se toman en serio la escasez de agua y proponen algunas medidas importantes para evitar la contemplación y pasmo de un pueblo sediento.
En 1911, hace 112 años, se contrató a una empresa de Madrid, Hidráulica Morán, para que hicieran un exhaustivo estudio de los terrenos, en el pueblo y alrededores, y ver qué se podía hacer con el agua.
Después de meses de prospección los ingenieros hicieron el informe: dijeron, por ejemplo, que el agua caída en Fuente de Cantos era insuficiente para las necesidades de la población. Sólo 500 metros cúbicos al año y además con una evaporación muy grande, con lo que teníamos un déficit permanente asegurado.
A otra de las conclusiones a las que llegaron los expertos fue que las fuentes de la Pata, la Miranda y el Caño (las principales del pueblo) proporcionaban menos agua que tiempos atrás, porque se habían drenado los terrenos de labor circundantes y cortado, por lo tanto, el flujo del líquido elemento. Debido a ello se encharcaban los aledaños y el agua no salía. Pero...
Eso sí, los ingenieros madrileños aseguraron que el agua de Fuente de Cantos era de gran calidad. Aconsejaron poner orden y plantar arboles en las cabeceras de las pequeñas cuencas. ¡Maldito caso les hicieron, claro!..
De la fuente de la Pata, dado que podría rendir un caudal de 1.5 litros por segundo y de la Miranda, (después de excavar un pozo de 58 metros y a través de una noria y un molino de viento succionar agua) plantearon los ingenieros transportarla a través de canales subterráneos hasta el mismísimo Altozano de los Coches ¿Os imagináis una fuente con chorros y luces de colores como la Cibeles en mitad de la Plaza, donde ahora está el Corazón de Jesús? ¡Menudo puntazo!. Por supuesto nada de esto se llevó a cabo..
Y pasaron los años y nada se hacía, y el pueblo agua pedía. Al final encontraron, por fin, un filón de agua procedente de la Dehesa del Villar y de los Altos de Cigüeña, próximos al camino de Calzadilla. Ocupaba la bolsa de agua 9 kilómetros cuadrados y podría proporcionar un chorro de hasta 12 litros por segundo. ¡Ufff, parecía que la cosa se iba a solucionar!.. Y...
Se trazaron tuberías y depósitos en altura; llegó el agua hasta San Juan y algunos barrios más, sin embargo con estas hechuras no daba para la entrada de aguas en las casas ni para la instalación de cuartos de baño. Para esto hubo que esperar hasta 1983 y la construcción del Pantano de Tentudía.
Por cierto, pantano que está, a día de hoy, 2 de febrero de 2023 con 1 hectómetro cúbico de agua embalsada, lo que supone el 20% de su capacidad, pecata minuta, y no se ven nubes en lontananza....
Joaquín
El Canal con su pilón, antaño
No hay comentarios:
Publicar un comentario