Enséñame a guardar silencio, aunque te extrañe a gritos.
Lo sé, Laura, se fue inesperadamente, sin avisar, y te dejó heridas en el alma imposibles de curar. De manera precipitada una suave mañana decidió volar. Quizás pensó apresurar su marcha y evitar de paso sufrimientos inútiles.. O acaso se confabuló con la providencia para hacerlo todo más llevadero, más fácil. Pero olvidó que más injusto, pues solo dejó atrás tierra quemada y vidas rotas; un páramo de incredulidad y dolor...
Llora, amiga, porque no te queda otra. Suspira y llena de aire tus pulmones una vez más, como si todo el oxígeno del mundo estuviera ahí para ti, para ayudarte a limpiar la negrura de tu mala suerte...
Sí, llora, derrama tus lágrimas abundantes sobre tus gélidas mejillas; ésas mejillas con las que un día, ruborizadas entonces, rozaste las suyas por primera vez.. ¡Qué puede importarte ya nada!..
Y pensarás ahora, convencida, que nada vale ya para ti que nada tiene sentido sin él. Y mirarás como lejana e inalcanzable la salida del pozo en el que te encuentras, y creerás no ser digna del desmesurado castigo que te ha impuesto el destino. Y te preguntarás, ¿Por qué a ti? ¿Por qué él? Y no hallarás respuestas...
Y los días, anodinos y vacíos, irán pasando uno a uno por tu vida sin dejar huella en tu ánimo. Y las noches serán eternas, inamovibles, sólo admisibles porque te aferrarás a sus recuerdos y a los inevitables somníferos para dormir...
Sí, amiga, aún tendrás momentos anímicos insoportables en donde la nostalgia hará acto de presencia para quedarse mucho tiempo y hacerte sufrir lo indecible. Y palparás su ropa aspirando con fruición restos de su olor que seguro encontrarás. Y mirarás su foto y besarás su cara sobre el frío cristal..., y lo empañarás con la última lágrima de tu infinita madrugada.
Fuera, en la calle, en cualquier paseo y lugar tu fantasía te hará divisarlo entre la multitud, y correrás aturdida entre la gente detrás de la silueta de algún desconocido creyendo verlo, para después, desengañada, sentarte en algún banco sollozando una vez más mientras te mesas con dedos temblorosos los cabellos alborotados por la emoción...
Y en las tardes interminables del estío o en las mañanas lluviosas de otoño añorarás sus sólidas manos asiendo las tuyas, pequeñas y frágiles, pero protegidas por las suyas. Y aún esperarás, ingenua e impaciente, oír su voz a través del teléfono ante cualquier llamada inesperada.
Perdóname, buena amiga, si te quedan fuerzas para eso porque no encuentro palabras que te puedan consolar ni argumentos que puedan devolverte una sonrisa; aún tienes el corazón en carne viva.
Podría, como diría el poeta, revelarte intimidades de él, de nosotros, sobre historias mediocres o vulgares durante nuestra juventud, minimizando su honestidad o decencia con la loable intención de suavizar tu amargura, pero mentiría como un bellaco, fue un hombre íntegro...
Podría mentirte, sí, y enumerarte una larga lista de sus antiguos amores, y contarte secretos inconfesables de su pasado más remoto para subestimarle, pero faltaría a la verdad, porque sólo tú has morado en su corazón...
Podría incluso escribirte frases esperanzadoras sobre un futuro no muy lejano cargado de ilusión para ti, para que encontraras un merecido consuelo a tu dolor, pero fingiría, porque no me saldrían del alma, también a mí me partió el corazón.
En éstas horas tristes sólo se me ocurre confesarte: que en un lugar recóndito de mi corazón aún mantengo intacto el aura limpia y pura de su niñez--
Joaquin
Esta carta y, perdóneseme la vanidad que pudiera aparentar, es una amarga e impulsiva reflexión concebida ante la dolorosa noticia de la precipitada muerte de un gran amigo de juventud, ocurrida un día como hoy de hace unos años.. En cada frase escrita en ella manifiesto mi desconsuelo, pero lo delego en otra persona, su mujer, que lo quiso tanto, como manera torpe de eludir mi responsabilidad y llanto.
Sus íntimos palparán el tremendo vacío de su ausencia durante todas sus vidas. Fueron unos días tristes y, aunque el tiempo marchitará los recuerdos, siempre habrá para él un lugar en mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario