Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tiene azul resignación de oveja,
que lo da todo y no pide nada.
--M.A.Peguero--
No sé a ustedes pero a mi me fascina el origen de las cosas: de los nombres de pueblos, de ciudades o de países. Hoy en día los vemos con absoluta normalidad y costumbre, pero si conociéramos el porqué se le pusieron esos nombres nos llevaríamos grandes sorpresas.
El origen de la palabra España, por ejemplo, no está muy claro y se barajan varias teorías. Una de ellas, la más conocida, es la que deriva de la palabra fenicia “I-spn-ya”, y que los romanos después interpretaron como Hispania, (tierra de conejos); los había, y muchos. Sin embargo, San Isidoro, ése sabio del medievo, pensaba que lo de Hispania venia por la ciudad de Hispalis (Sevilla) que ya era muy conocida en la antigüedad y que por extensión se lo pusieron a todo el territorio. Incluso otra teoría defendida por algunos dice que proviene de Izpania y que significa “que parte el mar” en euskera. En fin, a ver si los investigadores se ponen de acuerdo y nos aclaramos.
¿Y California? El nombre del estado más poderoso, poblado y rico de los Estados Unidos es ése gracias a un escritor español, Garci Ordoñez de Montalvo, que escribió en 1510 una historia sobre ésa zona desconocida entonces, pero que se le parecía a Califerme, un territorio inexistente mencionado en el famoso poema medieval “La canción de Roland”.
¿Y Granada?.. Famosa por su Alhambra, que no significa otra cosa en árabe que, fortaleza roja, bien, pues Granada proviene de ésa fruta tan exquisita de granos rojos y que era muy abundante en la zona, así de sencillo, y así de bonito...
Una antigua palabra francesa para denominar las brasas del fuego era “braise” de ahí lo de brasero. Bueno, pues existe una madera dura y roja muy utilizada para elaboración de tintes y que tiene unos colores tan brillantes que parece estar ardiendo, por eso se le llama “Palo de Brasil”. En siglo XIV se difundió un rumor de que había una isla en el Atlántico donde abundaba esta madera, así que al pisar aquella tierra se le puso de nombre Brasil.
Joaquín
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