A veces nuestros labios, como locas
mariposas de amor, se perseguían;
los tuyos de los míos siempre huían,
y siempre se juntaban nuestras bocas.
Los míos murmuraban: ¡Me provocas!
Los tuyos: ¡Me amedrentas!, respondían;
y aunque siempre a la fuga se atenían,
las veces que fugaron fueron pocas.
--M. Ugarte--
--¡No puedo más!.-- --me dijo unos días-- ¡Bastante he soportado ya tus bobadas!. ¡He llegado al límite!. --insistió-- ¡Te dejo!...
Ayer me lo volvió a reiterar de manera rotunda..
--¡Estoy harta! !Tiro la toalla!. --Con voz entrecortada por el llanto me recordó su sufrimiento, .. ¡Aguanté por amor y por los niños, pero ya está bien! --me remató definitivamente--
Sí, lo sé, no soy ciego, es un ultimátum. ¡Y qué puedo hacer!.. ¿Qué es mi manera de ser, le digo? ¿Que no volverá a pasar? ¿Que la quiero y que me perdone una vez más?. .Me temo que ya no cuela..
Es tarde pero.. ¡ay, si pudiera creerme cuando le digo que lo es todo para mi, que por ella muero!.. Tal vez entonces comprendiera.. ¡Cómo no insistir si estamos juntos desde que se hizo mujer!..
--A ver cómo os lo explico:-- Ella pertenece a esa generación de bravas mujeres jamás habidas en nuestro país. Sí, ella, que fue una hija ejemplar que adoraba y respetaba a sus padres, es ahora es una impecable madre entregada a sus afortunados hijos, y yo la adoro.. Decidme.. ¡Qué puedo hacer!..
No sé, quizás haya tiempo. Voy a a intentarlo todo porque se trata de mi propia vida. La quiero más que nadie pero, ¡está claro que no he sabido hacérselo comprender!. Y si bien es cierto que nunca un detalle, nunca un "te quiero" salió de mis labios, ella lo es todo para mi, ¡que lo sepáis!..
Sí, definitivamente, voy a insistir, a rogar, voy a cambiar mis prioridades absolutamente porque, ¡a ésa señora le debo más de treinta años de dedicación exclusiva! Aunque no haya sabido hacerla lo feliz que ella merece...
--Oídme--, esa mujer que a veces se aflige porque no se divierte lo que debiera, que sueña anhelando ser la amada del bolero, es la madre de mis hijos. Sí, a ésa mujer aún no sé cómo decirle que lo siento, por mis torpezas, por mi egoísmo, pero que es la mujer de mi vida y, aunque no sepa quererla de la forma que a ella le gustaría, siempre la querré con todo mi corazón. Ambiciono, como diría el poeta, que me ame cuando menos me lo merezca, porque posiblemente será cuando más la necesite..
Lo seguiré intentando hasta el infinito. Ya os iré diciendo..
Joaquín
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