sábado, 27 de febrero de 2021

Los curas de Fuente de Cantos..

                                                                                     


   


¡Buenas noches, amor mío,

buenas noches! Yo quedo en las tinieblas

y tú volaste hacia el amanecer...

¡Hasta mañana, amor, hasta mañana!.


Mañana será domingo y, con mis flores,

iré invariablemente al cementerio

donde yacen tus formas adoradas.

¿Cuántos ramos de flores

he llevado a tu tumba? No lo sé

¿Cuántos he de llevar? Tal vez ya pocos

¡Tal vez ya pocos! ¡Oh, que perspectiva

deliciosa!

--Amado Nervo--



Después de la muerte de Jesucristo, crucificado a las nueve en punto de la mañana, fueron los apóstoles los que siguieron sus ideas y las difundieron por todo el imperio romano, creando así el cristianismo.

Una vez muerto Jesucristo, los dos mandamases de todo éste cotarro, por decirlo de manera gruesa, eran Pedro y Pablo (¿os suena?). 

De Pedro ya sabemos que era el niño bonito de Jesús. Y Pablo fue un judío burgués que perseguía con saña a los primeros cristianos. Pero un día se cayó del caballo, se dio un golpe en la cabeza del que estuvo tres días inconsciente, y se le apareció Cristo... y se convirtió.

Pablo, (san Pablo) muy arrepentido de todo lo que había hecho hasta entonces, se trasladó a Jerusalén a hacerse perdonar por Pedro (san Pedro). Éste le perdonó y se hicieron amigos, diseñando ambos la manera de atraer más fieles a su causa. 

Es decir, ambos pusieron la primera piedra de lo que seria después este enorme conglomerado espiritual que es el Cristianismo.

Los primeros cristianos se reunían en secreto y, aunque las mujeres también participaban en el culto, lo hacían con la cabeza cubierta para ocultar los cabellos. 

El sacerdote bendecía el pan (igual que ahora) y la ceremonia concluía con el beso de amor y fraternidad entre todos. 

Pero algunos debieron entenderlo mal, porque pronto se determinó que los besos se dieran de hombre a hombre y de mujer a mujer y con la boca cerrada para evitar malos entendidos.. 

¡Qué harían algunos! Igual aprovechaban y sacaban la lengua.. En fin, ahora somos más prudentes sólo no damos las manos diciendo aquello de: "daos fraternalmente la paz"..

En aquella lejana y primeriza época sólo se administraban dos sacramentos: el bautismo, que se hacía cuando el individuo ya era mayor (esto lo hacen ahora los Testigos de Jehová) y la confirmación

En la muerte, el finado ya no era cosa de la familia, sino que era la comunidad la encargada de hacerle un buen funeral y enterrarlo en tumbas excavadas en paredes haciendo galerías, ¡vamos, lo que todos conocemos por catacumbas!.

El cristianismo está ahora un poco de capa caída.. pero mirad hasta donde llegó la cosa que, en nuestro pueblo, Fuente de Cantos, hace sólo doscientos años, entre los 3.500 habitantes que éramos entonces había la friolera de: una grande y hermosa parroquia, veinte ermitas funcionando a pleno rendimiento (esto último lo digo yo) tres conventos (San Diego, Concepción y Carmelitas) y tres hospitales dirigidos por eclesiásticos (el de la Sangre, el de los Ángeles y el de la Esperanza).. 

Y más...

Los establecimientos religiosos que acabo de nombrar eran los más principales del pueblo, en cuanto a construcción y ornamentación, pero es que además, de las 40.500 fanegas de tierra que tenia el término de Fuente de Cantos, un 40%, (casi la mitad) pertenecía a la iglesia y a la orden de Santiago. 

En fin, con 62 eclesiásticos (curas, capellanes, presbíteros, etc.) 43 frailes y 45 monjas contábamos en el pueblo.. Entre todos, unas 150 personas vivian con y de la sotana..

Evidentemente hoy han cambiado mucho las tornas, casi 4.700 habitantes que somos y apenas un cura, y aún le sobra tiempo...

Joaquín



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