martes, 9 de febrero de 2021

Un extraño suceso en Fuente de Cantos..

                                                                                  



Ándeme yo caliente

y ríase la gente.

Traten otros del gobierno

del mundo y sus monarquías,

mientras gobiernan mis días

mantequilla y pan tierno,

y las mañanas de invierno,

naranjadas y aguardiente,

y ríase la gente.


Cuando cubra las montañas

de blanca nieve el enero,

tenga yo lleno el brasero

de bellotas y castañas,

y quien las dulces patrañas

del rey que rabió me cuente

y ríase la gente

--Góngora--



El camión de Ernesto, el chatarrero, iba a rebosar de lavadoras averiadas y otros electrodomésticos viejos que los vecinos de Fuente de Cantos suelen generar tras años de uso. Esa tarde no se podía quejar, pensó Ernesto aquel día masajeándose la barbilla con la mano izquierda, mientras con la derecha sujetaba el volante. 

A punto ya de entrar en la calle Gravina con la intención de aparcar el camión junto a su puerta, divisó en una esquina del Altozano un objeto voluminoso y extraño. Sorprendido, paró vehículo y bajó de él, confiado y dispuesto a hacerse cargo del trasto pero, según se acercó al objeto le desconcertó lo raro del mismo.. 

---¡Demonios, qué es esto!---masculló en voz alta---

Se agachó junto a él y lo manoseó dándole golpecitos con los nudillos de los dedos para ver de qué material estaba hecho, ¡jamás he visto algo parecido!---exclamó para sus adentros---

Mientras miraba las proporciones del misterioso cacharro y comprobaba qué tipo de elementos lo componían, se acercó un vecino de la calle que le dijo;

--Parece plástico endurecido, Ernesto, seguro que es un mueble de diseño, de esos modernos---

Ernesto levantó la cabeza y, reconociendo al vecino, le contradijo:

--No, Gabriel, yo creo que esto es un objeto meramente decorativo, de estos que se cuelgan en un aparador o estantería--

El hecho de ser tridimensional, como un cuadro rectangular en cuyo frente había algo parecido a un cristal, hizo recapacitar a Ernesto, que pensó enseguida que su vecino Gabriel tenía razón, se trataría de alguna pieza surrealista propiedad de algún tipo raro.

Largo tiempo continuaron sin ponerse de acuerdo, Ernesto y Gabriel, sobre el destino de la pieza. Ambos insistían en aventuradas sugerencias acerca de la utilidad del aparato; algunas de ellas inverosímiles. El debate, que fue subiendo de tono, hizo que poco a poco más vecinos y transeúntes se fueran sumando a la discusión... 

Los minutos transcurrían y nadie acertaba con nada definitivo. A raíz del revuelo formado en torno al objeto se presentó la policía municipal en el lugar de los hechos acompañada de la alcaldesa, María Pagador, que de inmediato intentó poner orden en el barullo, pero ante la incapacidad para resolver el enigma, optaron conservarlo intacto y exponerlo a modo de escultura en el mismo Altozano.

La noticia, como era de esperar, corrió como la pólvora no tardando mucho en saltar a todos los medios informativos provinciales Expertos llegados de todo el país y algunos extranjeros, se acercaron a Fuente de Cantos (que se hizo famoso después del hallazgo) con el propósito de estudiar a fondo ese objeto no identificado. Se llegaron a hacer análisis de todo tipo, incluso la famosa prueba del “carbono 14”, para comprobar la antigüedad definitiva, pero todo inútil, fue imposible alcanzar una conclusión razonable.

No obstante, después del impacto inicial de los acontecimientos y de mantenerse la noticia en portada ininterrumpidamente durante semanas en todos los medios, incluso hacerse viral en TwitterFacebook e Instagram, el eco de los hechos se ha ido enfriando ante la impotencia de una aclaración final...

Ahora, meses después del curioso descubrimiento se ha cambiado de lugar y se exhibe sobre un pedestal fabricado al efecto en la Plaza de Zurbarán a la espera de que aparezca su arrepentido dueño, o quizás alguien consiga descifrar el misterioso enigma sobre la utilidad de ese instrumento. 

Por cierto, según informes definitivos de los técnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid desplazados a Fuente de Cantos, se concluye que: "esa rara pieza es un cubo rectangular de plástico endurecido, de treinta y dos pulgadas de contorno en la cara frontal, por cincuenta centímetros de grosor y 25 kilogramos de peso. Contiene a su vez varios pulsadores en la parte inferior de un lateral y una especie de cable para conectarlo a la corriente eléctrica".

A pesar de la importancia de los hechos y después de haber sido nombrado “Hijo predilecto de Fuente de Cantos” Ernesto, el chatarrero prosigue con su ardua pero necesaria labor de recogida de trastos de metal inútiles, contribuyendo así contra el cambio climático. Eso sí, desde el día que encontró ese aparato nota una cierta condescendencia y simpatía hacia él por parte de los, aún sorprendidos, vecinos.

Joaquín



                                                                    

                    Altozano de la calle Gravina, lugar donde apareció el extraño objeto

                                                                           

                                               Altozano, desde otra perspectiva

                                                                              

                                           perspectiva de la calle Gravina

                                                                                   

El extraño objeto aparecido en el Altozano. Si alguien puede aportar algún dato que llame

                                                                                

                  Plaza de Zurbarán, lugar donde se  expone sobre un pedestal el extraño artefacto



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