¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavía!
En señorial alcoba donde la tapicería
amortiguaba el ruido con sus hilos espesos
desnuda tú en mis brazos fueron míos tus besos;
tu cuerpo de veinte años entre la roja seda,
tus cabellos dorados y tu melancolía,
tus frescuras de virgen y tu olor de reseda...
Apenas alumbraba la lámpara sombría
los desteñidos hilos de la tapicería..
--J. A. Silva--
¡Pues mira por donde que tuvimos un tipo en Fuente de Cantos muy importante!.. No, no es Zurbarán, que ya sabemos hasta donde llegó su importancia, ni tampoco Nicolás Megía, tan famoso en el pueblo, se trata de D. Manuel Acuña y Bayón. Ahora os cuento:
Este fuentecanteño del que, seguro, apenas hayáis oído hablar, llegó a ser Arcediano Mayor de la Catedral de Manila hasta 1898, seguramente la más importante de todo el Pacífico occidental, y lo que es más curioso, fue el último antes de la independencia de Filipinas. Luego lo nombraron Deán de la Catedral de Cádiz, es decir, el puto amo..
Bueno, además de todo esto que os cuento, nuestro paisano D. Manuel fue teniente eclesiástico en la iglesia de San Andrés de Sevilla y canónigo en la de Jerez de la Frontera. Pero hay más, la misma reina Isabel II emitió un certificado por el que se le reconocía su nobleza, para él y para sus seis hermanos..
Vista su obra, mirad ahora su vida:
El niño Manolito vino al mundo en el año 1837 en la calle Misericordia. Su padre, D. Francisco Acuña era un zapatero remendón y su madre, Dña. Carmen Bayón, ama de casa, por lo que raíces humildes si tuvo la familia. Sin embargo, ya desde muy joven destacó en el oficio del señor, es decir, cura, “el cura talento” le llamaban, así que, ¡imaginaos!, ya de niño apuntaba maneras nuestro D. Manuel.
Manuel Acuña y Bayón fue el mayor de la familia (tuvo tres hermanas y tres hermanos). De uno de ellos, de Nicolás Alberto Acuña, derivan los Acuñas actuales fuentecanteños. Ocho años despues de venir al mundo el cura talento, la familia dejó la casa de la calle Misericordia y se fueron a vivir a la calle Llerena, allí instalaron la zapatería..
Despues de ocupar numerosos cargos eclesiásticos por todo el territorio nacional, a los 37 años, D. Manuel vuelve a Fuente de Cantos a enterrar a su padre, que había fallecido a los 56 años, (su madre ya había muerto años antes), y a los 40 se marcha a Filipinas a ocupar el alto puesto de Arcediano de la Catedral, que ya hemos comentado.
Nuestro ilustre paisano, D. Manuel Acuña y Bayón, el cura talento, muere el 7 de marzo de 1906 en Cádiz a los 69 años, y allí está enterrado.. Donó al Convento del Carmen varias casullas bordadas por indios filipinos, así como sus vasos sagrados..
En fin, mañana más.
Joaquín
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