La conjura de los ambiciosos

                                                                                   

¡No maldigas del hombre, que es tu hermano,
y, acaso, como tú, su angustia loca
ve perderse, sin eco, en el abismo;

Mírate en él extiéndele tu mano
y, anegado en piedad, besa en su boca
la triste humanidad, que eres tú mismo!

--D. Urrutia--

¿Cuál creéis que sería el sueño de un españolito medio? Yo os lo digo: irse vacaciones a las Bahamas indefinidamente, comprarse un yate, un coche deportivo, un cortijo con encinas y caballos o un chalezón en primera línea de playa ¿Me equivoco?. Bueno, como somos muy familiares, también repartirlo todo con los allegados..

Es lógico que esos sueños se materialicen así, somos humanos y queremos vivir bien sin preocuparnos de los demás... Claro que...

¿Y si un empresario hiciera lo mismo y a las primeras de cambio, en cuanto acumulara un dinerillo mandara todo al carajo y se dedicara a la vida padre? ¿Qué sería entonces de los currantes? ¿Quién los emplearía?. ¿Quién inventaría? ¿Quién innovaría para que el progreso médico y tecnológico siguiera? Pues nadie, por supuesto.

Alguien pudiera pensar que a él no le hace falta mucho para ser feliz, que lo es con pequeñas cosas. Es posible, pero, apuesto que esa pequeña felicidad conlleva tener un pequeño ordenador, un pequeño coche, una pequeña casa, etc. etc.. y esto hay que inventarlos y fabricarlos...

En fin, lo que quiero decir es que en este país somos muy de criticar a empresarios y emprendedores, catalogándolos siempre de ambiciosos, egoístas y acaparadores, y todo por querer tener más, sin darnos cuenta de que esa ambición de algunos es la que nos hace vivir mejor a los demás.

Ya lo dijo Quintiliano allá por el siglo I: “La ambición es un vicio que puede engendrar la virtud”..

Ojalá tuviésemos en España el doble de ambiciosos de los que tenemos y menos apáticos conformistas y, sí, ¿por qué no? menos funcionarios que se tocan el higo haciéndoles la puñeta a los ciudadanos que les pagan. Lo decía porque cientos de miles de ellos ni se presentan al trabajo, no por el resto, que cumplen como dios manda. 

Esto lo acabo de leer..

Joaquín