¿Besos?, ¡pero no darlos!.
¿Gloria?, ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mí!
¡Que las olas me traigan y las olas me lleven,
y que jamás me obliguen el camino a elegir!
--M. Machado--
Fijaos, a la muerte de nuestro paisano Francisco de Zurbarán, en 1.664, Fuente de Cantos contaba con la mitad de los vecinos que tenía cuando nació en 1.588. ¡Curioso el bajonazo que pegamos!. Ahora estamos en lo mismo.
Nuestro pueblo tenía en 1.664 apenas 1500 habitantes, pero sesenta años antes éramos el doble, 3200 vecinos.. ¿Y eso? ¿Qué nos pasó?: pues ya lo veis, a las consabidas epidemias, guerras y crisis de subsistencias, en Fuente de Cantos se añaden sus padecimientos propios bajo el gobierno del conde de Cantillana, el tipo usurero que nos compró en 1626.
Y es que, además de los constantes conflictos jurisdiccionales con los pueblos vecinos, que no pocas veces desembocaron en episodios de violencia callejera, la población tuvo que soportar los altos impuestos que exigía el conde avaro. Ya os digo que, a punto estuvimos de protagonizar un episodio parecido a lo de Fuenteovejuna y cepillarnos al conde, que tuvo que huir de Fuente de Cantos e irse a vivir a Madrid..
Todo esto provocó un empobrecimiento general y la marcha de muchas familias a localidades próximas.. Que sepamos, al menos cuarenta familias fuentecanteñas se fueron a vivir a Montemolín. ¡qué os parece!. Desde luego, ¡la de vueltas que da la vida!.
En fin, mañana más..
Joaquín
Paseo de Extremadura esquina calle Hermosa
ermita de la Hermosa y antiguo colegio de niñas
calle Hermosa al fondo
calle Silvela, final
calle José Antonio Cortés
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