lunes, 26 de septiembre de 2022

El último ermitaño de la ermita de San Marcos, de Fuente de Cantos

                                                                                      



Mi corazón, ya lo verás,

es una sangrienta granada abierta.

Y yo estoy cansada.

Además,

tú me vas a quitar

ese retazo de mi vida

que me han dejado los otros:

casi nada.

--Alaíde Foppa--



Qué buen tipo y qué humilde era Hernán Gómez, fuentecanteño de pro: vivía de las limosnas que le daban los feligreses de la pequeña ermita de San Marcos, la primera que tuvimos en Fuente de Cantos.

La ermita de San Marcos era pequeña, coqueta, con dos altares y situada a las afueras, al final de la calle San Marcos, llamada así por ella. San Marcos era venerado entonces en el pueblo porque pertenecíamos eclesiásticamente al priorato santiaguista de San Marcos de León.

Hernán Gómez lo querían mucho en su barrio, era el encargado oficial de la ermita, y la tenía, según sus convecinos, como los chorros del oro. Él guardaba las llaves y la abría y cerraba según daban misa, enterraban algún difunto en su pequeño cementerio o cualquier otra necesidad religiosa. Su casa la tenía al final de la calle San Marcos, cerca ya de la Plaza del Sol. 

Pero, hete aquí que nos venden. Sí, el desaborido Felipe II, ansioso por recaudar dinero para sus guerras en Europa, vende Fuente de Cantos a un potentado sevillano, D. Juan Núñez de Illescas, que vivía en un palacete de la calle Sierpes de Sevilla..

D. Juan Núñez Illescas tenía especial querencia por la orden de los franciscanos, y quiso tener el detalle de fundar un convento de dicha orden en el pueblo, y ¿Sabéis donde lo construyó? Pues sí, junto a la ermita de San Marcos. El convento era de franciscanos, pero bajo la advocación de San Diego de Alcalá un monje sevillano canonizado por aquellos años.. Y, Ay, nuestro ermitaño Hernán Gómez se quedó sin trabajo, porque el convento engulló a la ermita. 

Casi trescientos años estuvo en pie el Convento de San Diego y por ahí pasó de todo, incendios y hasta algún escándalo que otro. En 1835 fue desamortizado y los 25 monjes que había tuvieron que abandonarlo con lo puesto. Los objetos sacros que poseía fue repartido entre la Parroquia y el Carmen..

Desde que lo abandonaron los monjes, el convento quedó semi-abandonado, hasta que en 1885, doña Concepción Real y Tinoco de Castilla, la más rica de Fuente de Cantos, donó una pasta gansa para que se rehabilitara y fuera la sede del Hospital de la Sangre, para atender a pobres y mendigos. Después, y eso lo hemos conocido casi todos, el lugar fue habilitado como Residencia de Ancianos Juan XXIII, y luego albergue de peregrinos, y luego....

En fin

Joaquin

                                                                     

         el antiguo convento de San Diego, sobresale sobre los tejados

                                                                             

antiguo convento de San Diego, despues Hospital de la Sangre y despues Residencia de ancianos Juan XXIII

                                                                            

          Al fondo el antiguo convento  de San Diego, visto desde la calle San Marcos

                                                                            

Final de la calle San Marcos, donde vivía el ermitaño encargado de la antigua ermita de San Marcos

                                                                               

Vista del antiguo convento de San Diego, a la derecha estaban las huertas donde cultivaban los frailes y en los alrededores la ermita de San Marcos



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