Con tu desaparición
es tal mi estupefacción,
mi pasmo, que a veces creo
que ha sido un escamoteo,
una burla, una ilusión;
que tal vez sueño despierto,
que muy pronto te veré,
y que me dirás: «¡No es cierto,
vida mía, no me he muerto;
ya no llores…, bésame!».
--Amado Nervo--
El duque era buen mozo, qué duda cabe, y tenía amores clandestinos con una actriz muy atractiva de la que estaba muy enchochado.. Lo malo es que debía casarse con Margarita, una chica de su clase. Una chica, por cierto, que sí estaba muy enamorada de él.
Margarita, la chica de su clase con la que se iba a casar, tonta no era, de sobra conocía el romance de su novio con la actriz. Así que dos días antes de la boda, reunió a sus padres, suegros, amigos íntimos y prometido, y le hizo jurara éste delante del cura y de los evangelios que rompería para siempre con su amante, la actriz..
El tipo fue cogido por sorpresa; no tuvo más remedio que prometer lo que su futura esposa le pedía. ¡Qué otra cosa podía hacer con toda su familia y amigos presentes, y advertidos!..
Un mes le duró la abstinencia al golferas del duque. Una noche los pilló Margarita a los dos, duque y actriz, infraganti en su casita de campo, junto al rio Manzanares. A través de la ventana advirtió luz en su cuarto, se acercó y los vio duro que te pego revolcándose con pasión.
El mundo se le vino abajo a Margarita, estaba muy enamorada.. Su mente se obnubiló; toda la ilusión acumulada se le fue al garete en un instante. Desesperada, se colocó sobre el brocal del pozo que surtía de agua a la finca, y desde allí les llamó la atención a gritos. Ellos se asomaron, y entonces Margarita, erguida y arrogante se dirigió a su marido, gritándole:
--¡Por tu culpa, cabrón!---y se arrojó al agua
El terror de los amantes hizo que tardaran en socorrerla. Cuando acudieron al pozo con luces y criados, Margarita se había ahogado. Sobre el brocal de ladrillos encontraron su abrigo y su chapín de raso abandonados.
Pasado el eco del enorme escándalo la historia se tapó, porque no interesaba a ninguna de las dos familias aristocráticas airear los trapos sucios. Pero sucedió, y tanto que sucedió. Él fue el Duque de Álora y ella Margarita Núñez, su malograda mujer..
Preguntad preguntad por ahí y os dirán
Joaquín..
Dura la historia de la desdichada Margarita más no extraña pues más común de lo que se piensa.
ResponderEliminarHoy esiste el divorcio y a otra cosa mariposa nada de pozo
Claro, esto pasó porque eran otros tiempos, hoy en día seria impensable. Buenos días
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