Canta cigarra loca, canta en la hora florida;
te hacen burla los sapos hundidos en la escoria.
¡Qué bello es dar la vida
por una hora de amor, por un sueño de gloria!.
¡Nocturno de verano!. Toda la noche canta
una fuente, la cigarra, el ruiseñor..
--Emilio Carrere--
Era una noche de verano, sin luna. Los soldados que hacían guardia en el Templo de Artemisa, confiados tal vez por la inviolabilidad sagrada de la estancia, dormitaban. Pero un tipo sin escrúpulos, agazapado, a traición y con alevosía, prendió fuego al templo ¡Fue horrible! Las llamas alcanzaron la cubierta de madera del edificio y en minutos devoraron el edificio entero.
El Templo de la Diosa Artemisa, erigido sobre un promontorio rocoso dominaba la ciudad griega de Éfeso. Estaba considerado una de las Siete Maravillas del Mundo.
Hizo falta más de un siglo para construir templo, y era ya muy famoso en todos los confines de la tierra. En su construcción trabajaron los más afamados arquitectos y escultores de aquel momento, como Fidias, el del Partenón o Policleto. .
Pero, Eróstrato, un tipejo ambicioso, quiso pasar a la posteridad haciendo algo grandioso. No se le ocurrió otra cosa mejor para serlo que prenderle fuego al Templo de Artemisa. Tal era su egolatría, que quedó fascinado contemplando en la distancia cómo se derrumbaba la Maravilla.
El incendio se produjo tal día como hoy, 25 de julio, pero del año 365 a.c. No tardaron mucho en detenerlo. Su nombre, Eróstrato, quedó proscrito en los anales de la historia. Fue un pacto de sangre el que hicieron, un secreto mantenido durante siglos por las autoridades para que, ¡nadie jamás hablaría de él!. Por cierto, si hoy, más de dos mil años después conocemos su nombre, es de chiripa.
Pero no os extrañéis de estas cosas. No creáis que han cambiado mucho la historia. Hay tipos que son capaces de hacer lo que sea por fama o poder, y sólo por inflar su ego.
Joaquín
Templo de Artemisa
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