Una mujer traicionada
Era llena
de gracia, como el Avemaría;
¡quien la
vio no la pudo ya jamás olvidar!
Cierta
dulce y amable dignidad la investía
de no sé
qué prestigio lejano y singular.
Más que
mucha princesas, princesa parecía:
Yo gocé
el privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa;
por ella tuvo fin mi anhelar,
y
cadencias arcanas halló mi poesía.
¡Cuánto,
cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía;
pero
flores tan bellas nunca pueden durar!
y a la
fuente de gracia, de donde procedía,
se
volvió... como gota que se vuelve a la mar!
--Amado
Nervo--
Finales de
diciembre. Caminábamos los dos por el Paseo del Prado, dirección
Atocha. Era medía tarde y aún no habían encendido las luces de Navidad. Hacía fresco y poca gente transitaba por las aceras. Al
llegar a la plaza de Neptuno paramos un instante y nos dejamos
sorprender con la magnificencia del hotel Palace, preciosa
construcción de principios del siglo XX..
--¡Qué
bonito edificio, Joaquín!---me sugirió mi acompañante y amiga,
mirando la fachada oriental que daba a la plaza--
--Y menuda
historia tiene detrás---le dije yo---fíjate, el otro día apareció
asesinado en su cama un inquilino del hotel que había conocido
a dos maromos en una discoteca nocturna.. Se los había llevado a su
habitación a practicar sexo, y una vez allí los dos malhechores le
echaron algo en la copa para dormirlo y
robarle, pero al mezclarlo con alcohol le produjo al imprudente
cliente una fatal reacción. La policía no tardó en
cazarlos---concluí---
--¡Madre
mía, que gentuza!---exclamó ella indignada ---
--Y que lo
digas, pero no todo es tan trágico en el hotel. ¿Sabías que en sus
habitaciones estuvo alojada Mata Hari, la famosa
bailarina y espía doble que traicionaba a franceses y
alemanes?---le pregunté de manera retórica sabiendo que yo mismo me
iba responder. Pues sí---le dije--- fue durante la Primera Guerra
Mundial, ¡pobrecilla!--
--Algo
había oído decir, aunque no mucho. ¿Y por qué dices
pobrecilla?---se interesó mi amiga--
--El
servicio secreto francés cuando tuvo conocimiento de su
traición le tendió una trampa, y Margarita, que
así se llamaba ella realmente, dejó el hotel Palace y se fue a
Francia creyendo que la llamaba su novio---le expliqué---luego la
detuvieron, la metieron en la cárcel y la fusilaron--
Y luego el
mito---proseguí-- porque se convirtió en un mito.. Por cierto, de los diez soldados del pelotón de fusilamiento, sólo uno
acertó el tiro.. Era tan hermosa que ninguno quiso matarla. Bueno,
casi ninguno jejeje--le sonreí---
--¡Ufff qué
pena, Joaquín!, ¿por qué tendrán que pasar estas cosas? Además
ahora con lo de Ucrania otra vez estamos casi igual con el tema de
los espías---me objetó un pelín entristecida--
--Ya
sabes, ¡la vida, amiga mía!---sentencié---ahí tienes el hotel
ahora, como sino hubiera pasado nada, gente que entra y sale y cada
uno va a lo suyo; la vida sigue---le dije---
Ella siguió mirando un buen rato el inmenso edificio de tropecientas habitaciones. Yo miré al cielo y pensé que caerían algunos copos de nieve, aunque nada de eso habían anunciado los telediarios. Luego seguimos andando en busca del museo del Prado que era nuestro
destino..
--Joaquín--
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