viernes, 17 de junio de 2022

La cara oculta...

                                                                                          



Si Dios fuera una mujer no se instalaría

lejana en el reino de los cielos,

sino que nos aguardaría en el zaguán de los infiernos,

con sus brazos abiertos.


¡Ay Dios mío, Dios mío!

si hasta siempre y desde siempre

fueras una mujer qué lindo escándalo sería,

qué venturosa y prodigiosa blasfemia.

--M. Benedetti--



Bien es verdad que si nos ponemos exquisitos aquí no se libra ni Dios, porque, ¿Quién es tan perfecto como para serlo las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días al año? ¿Quién no ha tenido un desliz alguna vez en su vida por muy perfecto y estupendo que fuere?

Nada, nada, todos tenemos algo oscuro, nadie es como parece siempre... Estoy seguro que si hurgamos en la vida de cualquiera, sea famoso, importante o un mindundi, encontraremos algún baldón, un borrón en su historial profesional o personal, salvo que hablemos de un santo, y ni eso...

Sí, hacedme caso, hasta los más admirables hombres de la historia de la humanidad han tenido sus más y sus menos.. Ahí tenemos a Alejandro Magno, mató de un sablazo a su mejor amigo en un arrebato de furor..

Newton, el sabio, que persiguió con saña cuando le hicieron secretario de la casa de la moneda a pequeños defraudadores metiéndolos en mazmorras de por vida.. 

El mismo Gandhi, el venerado líder hindú de la No Violencia era racista con los negros, golpeaba a su mujer y se acostaba con su sobrina menor de edad..

Einstein, el gran científico y pacifista engañó a sus dos mujeres y no quiso saber nada de su hijo al que abandonó.. 

Teresa de Calcuta, era una soberbiona que ponía su nombre a todo lo que fundaba..

John Lennon el exbeatle y admirado músico, autor de “Imagine” pegó muchas veces a su mujer Yoko Ono y de joven se burlaba de los homosexuales.. 

Steve Job, el bueno y admirado fundador de Aple robaba planos y fondos a sus amigos con los que desarrollaba luego sus inventos..

En fin, nadie es perfecto, o como decía Jesucristo “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.. 

Se ve que, excepto yo que soy un bendito, aquí no se libra nadie...

Joaquín Yerga



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