La gloria es grande, si la lucha es fuerte,
la estatua a golpes de cincel se labra,
la tierra, con el hierro del arado,
y el error de su altar cae desplomado
al golpe inmaterial de la palabra.
Al soplo del simún crecen las palmas,
surgen de las borrascas las centellas,
del incendio del caos, las estrellas,
¡y el amor, del incendio de las almas!
--José Velarde--
"Cuando un pájaro está vivo se come a las hormigas. Cuando el pájaro está muerto las hormigas se lo comen a él". Ésta paradoja es fiel reflejo de las vueltas que da la vida: lo que hoy está en la cumbre mañana pudiera estar en el abismo más profundo.
Los que ya peinamos canas hemos visto cambiar muchas cosas en no tanto tiempo. Circunstancias que parecían eternas, inamovibles y se han dado la vuelta como un calcetín.
Ya nada es como antes, donde los cambios profundos en la sociedad sólo se daban a lo largo de siglos, hoy en día se transforma apenas en meses o en semanas, o incluso en días..
Acordaos de la revolución informática y tecnológica y cómo con el Internet y los móviles hemos cambiado de hábitos y de vida en unos pocos años.. Y no os digo nada con lo del Covid 19..
En fin, lo dicho, no subestimemos ni lastimemos a nadie.. Puede que hoy seamos fuertes y poderosos, pero el tiempo se encargará de bajarnos los humos.
Recordad.. Se necesita sólo un árbol para hacer un millón de cerillas, pero sólo una cerilla para quemar un millón de arboles..
Por cierto, para cambio Fuente de Cantos.. Bueno, Fuente de Cantos y todos los pueblos del sur peninsular. No tenéis más que ver las fotos de nuestras calles de hace cincuenta años y las de ahora..
Hace cincuenta años no teníamos, piscina, ni guardería, ni polideportivo, ni escuelas razonables; estaban casi en ruinas.
Hace cincuenta años los suelos de las calles eran de tierra, los tejados paupérrimos y llenos de tejas viejas y rotas, los parques brillaban por su ausencia..
Hace cincuenta años, los hombres y mujeres de poco más de sesenta años eran viejos.. ellos con sus boinas y pantalones de pana remendados. Con pañoletas en la cabeza y enlutadas ellas.. Hoy visten alegres trajes, bailan y se van a Matalascañas cuando es preciso.
Hace cincuenta años los jóvenes fuentecanteños acababan la escuela y se empleaban de peones albañiles en el pueblo o emigraban a Madrid o Barcelona a la construcción. Hoy son arquitectos, maestros, médicos o veterinarios. ¡Y, sí, siguen emigrando a las grandes ciudades a trabajar, pero con empleos cualificados!.. ¡Ya no somos el peonaje de España!..
Por cierto, hace cincuenta años no teníamos agua, hoy tampoco (esperemos que sólo sea coyuntural y extraordinario).
Joaquín
Calle Francisco Asuar, ahora
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