domingo, 13 de diciembre de 2020

Lo que perdemos con los años

                                                                                 




Podría decirte que vivo para quererte,

pero te reirías a carcajadas;

sí, tal vez, pero así son las cosas.

He conocido a otras que quizás

me hubieran amado;

lo notaba en sus miradas.

Sin embargo te elegí a ti

que apenas sabes que existo.

--Joaquín--


La ciencia nos dice que la flor de la vida es la veintena y nuestro cuerpo empieza a sufrir los cambios que la juventud deja atrás en la treintena. A partir de aquí todo es dramático: el cristalino del ojo se vuelve rígido y vemos peor, el olfato y el gusto se resiente, perdemos músculos, ganamos grasa y el pelo se cae de donde no debe.

A los cuarenta no es raro sentirse cansado, las arrugas ya no son tan pequeñas y piel se acartona. En la cincuentena ya ni os cuento: a las mujeres les llega la menopausia y a los hombres la andropausia; perdemos testosterona a marchas forzadas (un 1% anual a partir de los treinta). Es decir, a los sesenta ya hemos perdido un 35% de testosterona, o lo que es lo mismo, las ganas de hacer el amor).. 

En fin, menos mal que apareció la viagra para echarnos una mano..

Claro, que siempre nos podemos sentir joven por dentro, eso nos evitará depresiones y tristezas. Pero sentirse joven acorde con la edad, no pretender tener treinta años con sesenta y cinco, que los hay..

En fin, allá cada cual, pero creo que no hace falta esas exageraciones para sentirse joven; simplemente con estar medianamente en forma física, decentemente arregladito, visitar al dentista un par de veces al año y tener cierta vida social, creo que bastará para llevar bien la senectud, o no; bueno, no sé..

Joaquín






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