Decir adiós.. La vida es eso.
Y yo te digo adiós y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.
Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida.
Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.
--José A. Buesa--
Hace poco, Holanda aprobó en su parlamento la llamada pastilla letal o píldora del suicidio. Se trata de una pastilla envenenada que se le suministra a los mayores de setenta años que no tengan ganas de vivir. No se necesita prescripción medica ni justificar un problema de salud.
Suena terrorífico, pero unas 10.000 personas piden cada año la píldora para irse de este mundo voluntariamente. Triste mundo este nuestro en el que los viejos, abrumados de soledad no cuentan.
Bien es verdad que muchos ancianos le tienen pánico a la enfermedad paralizadora o a morir en una residencia. La manera de vivir occidental, donde la libertad individual y el trabajo es lo que cuenta, no permite a las familias hacerse cargo de los padres y abuelos.
Los holandeses no quieren dar guerra cuando sean viejos, prefieren vivir bien de jóvenes y cuando se llegue a los setenta u ochenta, y según estado de ánimo, pastilla al canto y, ¡hala!, vacaciones eternas al otro mundo.
No sé qué haremos nosotros los españoles. No tardará mucho la Seguridad Social en disponer de la pildorita, supongo. Pero me da la nariz que retrasaremos unos años en solicitarla más que los holandeses. Creo que tenemos más ganas de vivir que ellos. De momento nuestras vacaciones, más que al "Más allá", será al "Más acá" en Benidorm, con los viajes del IMSERSO, que es el cielo aquí en la tierra...
En fin...
Joaquín
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