Porque en el sordo desacuerdo
de lo sonado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.
Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa...
--J. A. Buesa--
Pitágoras, que era un portento de sabiduría, creía en la transmigración de las almas, es decir en la reencarnación. Se negaba comer carne porque pensaba que las almas de los seres vivos pasaban a otros seres vivos después de la muerte.
Su compatriota, el filósofo Platón, no le iba a la zaga en ésa teoría; también creía que el alma se separaba del cuerpo al morir; éste seria corruptible, mientras que el alma iría a otro cuerpo por nacer.
Para los hindúes el alma abandona el cuerpo al morir y es arrastrada ante la presencia del dios Lama que la juzga y destina (dependiendo del comportamiento que haya tenido su portador) al cuerpo de un animal, al de un tipo inferior o al de una persona virtuosa.
Y digo yo, si dicen que instantes antes de morir vemos una luz al fondo de un túnel, ¿No será esa luz la primera claridad que vemos al nacer y el túnel el canal del parto de nuestra nueva madre?..
Es más. si nacemos llorando ¿No será porque justo ahí es el único momento en el que recordamos nuestra vida anterior y queremos volver a ella? ¿Y si nunca morimos realmente, sólo pasamos de un cuerpo a otro?.
En fin, no sé; yo ahí lo dejo.
Joaquín
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