jueves, 22 de abril de 2021

¿Y si pintan bastos?..

                                                                                      



--Madre, me olvido de algo, y no me acuerdo...

Madre, ¿Qué es eso que olvido?

--La ropa va toda, hijo

--Sí, mas me falta algo, y no recuerdo..

Madre, ¿Qué es eso que olvido?

--¿Van todos los libros hijo?

--Todos, mas falta algo y no me acuerdo...

Madre, ¿Qué es eso que olvido?

--Será.. tu retrato hijo.

--¡No, no! Me falta algo, y no recuerdo..

Madre, ¿Qué es eso que olvido?

--No pienses más, duerme, hijo...

--J. R. Jiménez--



La manera ajetreada de vivir hoy en día es el caldo de cultivo perfecto para padecer inquietudes y desasosiegos. Las prisas, el estrés, la ansiedad o poner el listón de nuestras esperanzas demasiado alto hacen que muchos caigan en la depresión y la desgana vital. Para aliviarse hay una serie de medidas excepcionales que pueden ayudar bastante. Son disciplinas orientales de autocontrol que cualquiera está en disposición de hacer y que vienen muy bien para momentos emocionalmente atribulados.

No me duelen prendas contarles las veces que he tenido que recurrir a alguna de ellas.. Mirad, nadie es perfecto. Si me lo permitís les voy a contar un secreto.. ¿Saben lo que es el Reiki?... El Reiki es una disciplina japonesa que consiste en posicionar las manos sobre una parte dolorida del cuerpo y dejarla unos segundos sin tocar la piel.. El beneficio no sólo es físico también mental. La energía que transmiten cura el trastorno y merma el sufrimiento de la persona afectada.. Se puede aplicar Reiki uno mismo, a terceras personas o en en grupo; de hecho esto último es lo más habitual.

Quizás el Reiki no tenga mucha razón de ser científica, no lo discuto, se trataría de captar ése halo de vigor positivo del donante y llevarlo a la zona necesitada del paciente. Pero sí tiene mucho que ver con chakras, nudos, ataduras morales, equilibrios mentales, paz interior, comprensión, meditación, ayuda o sanación.. Lo sé porque he participado durante unos años en sesiones  y conozco su eficacia en muchas personas..

Yo he sido testigo de la emoción, entrega y amistad renovada entre gente necesitada de cariño y afecto que estaban hundidas anímicamente. Mujeres y hombres faltos de amor o asediados por la soledad han vuelto a tener ganas de vivir, de compartir.. Tal vez sólo sean ganas de curarse y la mente, tan sabia, hace el resto o quizás el roce humano que al igual que los abrazos reconforta; sea lo que fuere, el Reiki es una buena excusa para conocer, congeniar, participar, y en general de amar a los demás..

Cuando nos sentimos bien, estamos satisfechos y ufanos, o somos más o menos felices no hacen falta tomar medidas extraordinarias que nos levante la moral y las ganas de vivir, nos apañamos nosotros mismos con los quehaceres cotidianos.. No pasa eso cuando las cosas “pintan bastos”.. En fin..

Joaquin Yerga



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