Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y, con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso,
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado, ni envidioso!
--Fray Luis de León--
Fray Luis de León fue un fraile de la orden de los agustinos que impartía clases de filosofía y teología en la Universidad de Salamanca en el siglo XVI.. Como venia de familia de judíos conversos siempre estuvo en el punto de mira de los más agrios talibanes de la alta jerarquía eclesiástica católica..
Como todos sabemos fray Luis fue un excelente poeta y escritor y nos dejó a los amantes de la poesía bellisimos versos. Una mañana mientras impartía clase a sus alumnos se presentaron en el aula unos alguaciles y se lo llevaron preso; le acusaban poco menos que de herejía; sepan que en aquella época eso era moneda corriente, a la mínima, bien por tonterías o por envidias (como suele pasar en tiempos revueltos) te metían en chirona..
Pasaban los años y el pobre fray Luis seguía pasándolas canutas recluido en las mazmorras más infectas el reino.. Hubo juicios, súplicas, réplicas y contrarréplicas y al final fue declarado inocente..
Al volver a la universidad, demacrado y tullido después de cinco largos años de cruel padecimiento, lo primero que dijo dirigiéndose a sus alumnos nada más entrar en clase fue aquello de: “Como íbamos diciendo ayer”... Es decir, él excluía de su vida, y de la vida de sus alumnos, esos cinco años que estuvo preso por una terrible injusticia... Mirad este otro verso suyo..
Vivir quiero conmigo
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo..
Joaquín
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