Déjame contarte un secreto..
Decirte que eres mujer de bandera,
diosa sabia, amante.., compañera;
perenne vigía de mis noches en vela;
señora de armas tomar, leona protectora
con garras de acero si el peligro acecha;
dama de palacio y corte; elegante
y refinada (cuando procede);
sensual y voluptuosa hembra;
sibilina dadora de placeres inmensos,
si te lo propones..
--Joaquín--
La Biblioteca de Alejandría fue la institución cultural mas grandiosa y famosa de la antigüedad. Estuvo en activa más ocho siglos y nos iluminó a la humanidad de las oscuras tinieblas del atraso.
Alejandro Magno había fundado en el siglo IV a.c. la ciudad de Alejandría en el delta del Nilo, en Egipto. Él mismo diseñó los primeros planos, trazando calles rectas y diáfanas, luego al expirar tempranamente y privarle la muerte del gusto de residir y morir en ella como era su deseo, fue su general más despabilado Ptolomeo, quien se hizo nombrar faraón de Egipto y hacer de Alejandría su capital..
Hizo mucho Ptlomeo por Alejandría: levantó el famoso Faro, una de las maravillas de la antigüedad, culminó el trazado urbano de la ciudad, construyó la más suntuosa tumba para el descanso eterno de su admirado Alejandro y sobre todo edificó la Biblioteca..
La Biblioteca de Alejandría fue la rehostia, con perdón; situada en un enorme palacio, junto al museo, albergó miles de pergaminos, rollos de papiro y manuscritos de todo tipo. Quisieron los faraones ptolemaicos que la ciudad sustituyera a Atenas como el lugar del saber y el conocimiento e el mundo, y a fe que lo consiguieron.
Por sus estancias pasaron los más grandes sabios de la antigüedad.. Zenódoteo de Efeso recopiló allí los textos de la Iliada y la Odisea, de Homero, Eratóstenes calculó la circunferencia de la tierra con una precisión increíble, Arquimedes hizo sus primeros pinitos, Euclides calculó la distancia a la luna y escribió que el sol es el centro del universo y no la tierra, etc. etc.
La estrategia de los reyes egipcios sobre la Biblioteca era enviar emisarios a todos los rincones conocidos del mundo aquel y hacerse con todo lo escrito que mereciera la pena. Demetrio, uno de los mejores organizadores de la mítica Biblioteca quiso incorporar el Antiguo Testamento a su fondo de libros, para ello solicitó al Eleazar, patriarca judío de Jerusalén, una comisión de expertos para que lo tradujera al griego. Y una comitiva de setenta y dos sabios judíos (seis por cada tribu) se puso en marcha hacía Alejandría a hacer el delicado y exhaustivo trabajo..
Tras un mes de de viaje a través de las abrasadoras arenas del desierto del Sinaí, llegaron a Alejandría los setenta y dos sabios de la doctrina rabínica. Se instalaron en la isla de Faro, junto a la playa y durante setenta días se dedicaron en cuerpo y alma a traducir el Pentateuco y el resto de los libros del Antiguo Testamento. Gracias a ese trabajo a la Biblia griega se la conoce como “Biblia de los Setenta”. De ahí la tradujo San Jerónimo al latín, y es la que tenemos ahora.. En fin.
Joaquín
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