¡Ay, si alguna vez pudieras
haberme dicho lo que no dijiste,
en esta noche casi perfecta, junto a la bóveda,
en esta noche fresca de verano!.
Cuando la luna ha ardido;
quemóse la cuadriga; se hundió el astro,
y en el cielo nocturno, cuajado de livideces huecas,
no hay sino dolor,
pues hay memoria, y soledad, y olvido.
--V. Aleixandre--
Asombra lo poco que se ha conocido de la intimidad de mujer hasta hace unas décadas. Todo lo relacionado con vuestro sexo era puro misterio, incluso la menopausia apenas se atendía.
Las exploraciones abdominales y vaginales se hacían con un recato inverosímil. A una mujer enferma cualquier examen por debajo del cuello lo hacían los médicos palpando a ciegas bajo la ropa de la cama, mientras miraban fijamente al techo para disimular..
Muchos médicos de antaño tenían maniquíes para que las mujeres pudieran señalar la parte afectada sin tener que enseñarla, qué os parece...
Cuando René Laennec inventó el estetoscopio, su principal beneficio no fue la mayor percepción del latido del corazón (apoyar la oreja en el pecho también funcionaba bien) sino que permitía al médico comprobar el funcionamiento del corazón y otros órganos internos de la mujer sin tocar la carne.
¡Ay, las cosas del sexo!.
Joaquin.
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