Esto de ser un buen tipo es lo más fácil del mundo, y lo digo con conocimiento de causa, porque, con matices, yo me considero un hombre bueno. Sí, fijaos: no hago daño a nadie, quiero a mi familia y amigos, respeto el medio ambiente y me doy por buen demócrata... Pero..
Seamos sinceros ¿Qué esfuerzo hago yo para ser bueno? Pues si me apuran, ninguno, con dejarme llevar y no complicarme ya tengo mucho ganado.
No es por nada, pero os aseguro que si ser bueno conllevara mucho esfuerzo me lo pensaría dos veces.. Si le damos una pensada, lo que cuesta de verdad es ser malo. Si sí, no os extrañéis, porque que para ser malo en la vida hay ser activo en la maldad: incidir, indisponerse, y eso requiere un esfuerzo descomunal..
A los buenos (o los que pasan por ser buenos) la gente los aprecia, los protege, los admiran; mientras que a los malos le dejan de lado, los aborrecen, los desprecian, ¿entonces? ¡Pues ya me diréis! Visto lo visto y, aunque sólo sea por vagueza o egoísmo, es una bicoca ser bueno en la vida..
¡Ah, y esta es otra!, ahora con decir un par de frases buenistas, del tipo: “Estoy en contra del hambre en el mundo” o, “No al cambio climático” etc. etc. (mientras tenemos dos coches, tres ordenadores y apartamento en la playa etc.) ya tenemos el cielo ganado. Bueno, no sé si el cielo, pero si a la opinión pública.
Algunos famosetes y políticos utilizan ésa táctica para no desentonar con su público, o para que no le falte trabajo; no sé si me comprendéis. Acordaros de ese actor español que hizo campaña a favor de los Okupas, bastó que le ocuparan su casa para contratar a la empresa Desokupa SA. y expulsarlos, y con violencia.
En fin, creo que sólo los que se ocupan en hacer el bien, no tienen tiempo de ser buenos.. Y conste que no lo digo yo, lo dijo Rabindranath Tagore, ese sabio poeta hindú..
Joaquín
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