jueves, 15 de abril de 2021

El niño aquel de Fuente de Cantos..

                                                                                



Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará nostálgico.

--J. R. Jiménez--


Y no os lo vais a creer, pero no hace tanto tiempo que la gente creía a pies juntillas que los hombres teníamos sólo 23 costillas y no las 24 que deberíamos tener por lógica.. Tened en cuenta que si la Biblia decía que Eva (antes de darle el mordisco a la manzana, o higo) fue creada de una costilla de Adán, querría esto decir que éste buen mozo y sus descendientes, los hombres, teníamos una menos..

Fijaos: hasta bien entrado el siglo XVII no se empezó a sospechar del error. Pero, ¡claro! nadie se atrevía a decirlo aunque lo supiera, ¡cualquiera contradecía a la Iglesia!.. ¡Te quemaban en la hoguera!.. Y todo hasta que..

Uno de los primeros en darse cuenta de este garrafal error fue Vesalio, el mejor médico anatomista del Renacimiento.. Diseccionó cadáveres humanos con permiso de la Inquisición, y después de contar mil veces las costillas de los pobres ajusticiados (que eran los únicos que se prestaban a semejante carnicería) escribió en su libro sus descubrimientos. Tuvo suerte, le salvó de las mazmorras el ser medico personal de Felipe II..

Por cierto, cada vez que oigo o leo algo sobre diseccionar cadáveres o hacer autopsias, (que debe ser parecido) se me erizan los cabellos, por decirlo de manera cursi.. Sí, porque me viene a la mente un episodio ocurrido en Fuente de Cantos cuando yo era niño...

No me acuerdo bien de los detalles, era muy chico, pero un aciago día hubo un accidente de coches a la altura del “Toro de Osborne” (en la antigua carretera nacional) con dos vehículos implicados; ambos chocaron de frente. Uno de ellos lo conducía un viajante sevillano que se quedó dormido al volante, el otro lo ocupaba una familia de cinco miembros; creo que sólo uno se salvó.. Aún recuerdo el shock que me supuso la noticia...

Por cercanía llevaron los cinco cuerpos a la antigua sala de autopsia del cementerio, y creo (aún no estoy seguro de qué se trataba aquello) que le practicaron a todos una precipitada necropsia (supongo que el ejecutor sería Capote, el médico de entonces)...

Yo andaba por las cercanías, no en vano se trataba de zona de mis correrías infantiles, y me asomé por la ventana de cristal que daba a la carretera; bien, pues aplicándome aquello de que “la curiosidad mató al gato” lo que vi fue de tal calibre que jamás lo olvidé.. 

Han pasado mucho tiempo desde aquella historia, desde luego, pero cada vez que oigo la palabra autopsia o disección, como dije antes se me ponen los pelos de punta, ¡y me acuerdo de aquello!.. Lo reconozco, uno no andaba muy sobrado de valentía, precisamente..

Joaquín




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