Que esquives lo que ofusca y lo que asombra
al humano redil que abajo queda,
y que afines tu alma hasta que pueda
escuchar el silencio y ver la sombra.
Que te ames a ti mismo, de tal modo
compendiando tu ser, cielo y abismo,
que sin desviar los ojos de ti mismo
puedan tus ojos contemplarlo todo.
Y que llegues por fin a la escondida
playa con tu minúsculo universo,
y que logres oír tu propio verso
en que palpita el alma de la vida.
--Enrique González-- (siglo XIX)-
Se hacía una pregunta un antiguo y conocido filosofo, la pregunta del millón podríamos catalogarla; ¿Dónde reside el alma humana? Si, porque todos alardeamos de tener un alma que nos identifica como seres extraordinarios y nos aleja de los animales que, en teoría, no deberían tenerla...
La mente no debería tener nada que ver con al alma, o sí.. Bueno, no sé.. Siempre se ha identificado el alma como algo inmaterial, incorpóreo, abstracto, espiritual... nadie sabe donde está. Y es curioso porque llevamos siglos de adelantos médicos, de disecciones orgánicas humanas, y nada, no aparece; sabemos del hígado, de los riñones, del cerebro etc. pero del alma ni mu..
El mismo filósofo que se preguntaba dónde está el alma reconocía la complicación de ésta pregunta; más que nada porque no tenia respuesta convincente. El rechazo de gran parte de la humanidad pensante a la teoría de la evolución de Darwin era, precisamente, por no reconocer que procedemos de un mono porque, ¡como estos no tienen alma tampoco deberíamos tenerla nosotros.!
René Descartes, el gran filosofo francés, sugería que los animales no sienten ni anhelan, que sólo son autómatas parecidos a las maquinas o robots. Si le pegamos a un perro se encoge y aúlla de manera automática, pero no siente dolor... aseguraba..
De todas maneras es descorazonador pensar que sólo somos animales algo más racionales que el resto, que lo del alma es un cuento chino y que en realidad es nuestra mente, camuflada, que se resiste a creer que no es más que un conjunto de neuronas y química cerebral.
Claro, que otras veces identificamos al alma como algo parecido a la manera de ser de una persona, ciudad o pueblo. --¡No tienes alma!-- decimos alguna vez cuando queremos ofender a alguien con pocos sentimientos. Pero ¿tienen alma las ciudades? ¿Y los pueblos tienen alma?.. A ver, decidme: ¿tiene alma Fuente de Cantos?
Yo sabría identificar el alma de nuestro pueblo, lo que pasa es que me llevaría muchas páginas describirla, por lo compleja. Así, a bote pronto, y según mi parecer, os podría decir que el alma de Fuente de Cantos es, casi, más andaluza que extremeña..
Si, no os escandalicéis, pensad un poco: por tradiciones, por costumbres, por acervo, por folclore, por ritos, por hábitos y casi por historia (llegamos a pertenecer una vez a la encomienda de Sevilla) somos más andaluces que extremeños. Si acaso por sentimiento y por imposición geográfico-social nos sentimos extremeños.
Cuando en el primer tercio del siglo XIX se diseñó el nuevo mapa regional y provincial de España y nos incluyeron en Extremadura en vez de en la provincia de Sevilla, se nos fue creando este sentimiento regional que ahora tenemos, lógico por otra parte; digamos que por pertenencia al lugar y que se ha ido arraigando a través de los años, pero...
Pensadlo bien: aquí nos gustan y nos emocionamos con los caballos, con las sevillanas, con el flamenco, con las romerías y las carretas, con el cante jondo, con lo faralae.. en fin, todo lo propio del acervo andaluz occidental, y hasta un habla propia tenemos, a mitad de camino entre lo extremeño y lo andaluz..
Por supuesto hay otras opiniones...
Joaquín Yerga
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