viernes, 30 de abril de 2021

Palabras que salvan vidas...

                                                                                    



Nada puedo decirte,

¡y mira que me gustaría!.

Es tarde, lo sé,

no te hice caso cuando debía;

otra llenaba mi corazón.

Ahora mandaría al carajo a aquella

que tanto me hizo sufrir.

Pero tú estás ya en otra historia

y maldito caso me harías.

--Joaquín--


¿Cuántas veces hemos oído eso de: y tú qué libro te llevarías a una isla desierta?. Claro, que la mejor contestación a esa pregunta quizás la diera el gran G. K. Chesterton, ese estupendo escritor inglés, cuando dijo aquello de... Nada me haría más feliz en una isla desierta que un libro titulado “Manual para la construcción de lanchas” Y si pudiera conseguir algunos más también me llevaría la OdiseaRobinson Crusoe o Relato de un náufrago.. Desde luego ingenio no le faltaba al bueno de Chesterton..

Los libros han salvado la vida a mucha gente en el pasado. Nico Rost, un traductor holandés judío, nos dejó un testimonio impresionante. Preso por los nazis en el campo de concentración de Dachau, se las ingeniaba para leer de manera clandestina y escribir un diario; eso le liberó de la demencia. 

Contaba Nico que tenia un compañero que adelgazó tanto que hasta la dentadura le venia grande. Se negó a escribir sobre lo que le rodeaba: cadáveres, piojos, tifus, hornos crematorios... Y se justifica escribiendo: -Quien habla de hambre acaba teniendo hambre-- -Los que hablan de muertos son los primeros que mueren-...

En fin, leed siempre, de todo...

Joaquín




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