Yo supe del dolor desde mi infancia;
mi juventud.. ¿fue juventud la mía?
Sus rosas aún me dejan la fragancia..
una fragancia de melancolía.
La torre de marfil tentó mi anhelo,
quise encerrarme dentro de mi mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo
desde las sombras de mi propio abismo.
--Rubén Darío--
Nunca os creáis eso de que los tiempos actuales son horribles y todo va peor, nada de eso, ¡Uy si supierais cómo era la vida en otras épocas! Todos daríamos las gracias al cielo mil veces al día por haber tenido la suerte de nacer en el siglo XX, o XXI..
Mirad, cierta vez, Julio César, famoso entre otras cosas por su clemencia con los vencidos, sometió a un pueblo de la antigua Galia (Francia) que le había hecho frente con dureza inusitada. Bien, pues debe ser que le cogió en horas bajas y, cabreado, vendió como esclavos a los 53.000 habitantes de la localidad, incluidos, claro está, mujeres y niños.. Por cierto, detrás de las legiones siempre iban comerciantes, prostitutas, personal de suministros, compradores de esclavos etc. etc. Parece ser que apenas tardó dos jornadas en vender a todos... Conste que esto era de lo más habitual entonces..
Uno de los banderines de enganche a las legiones romanas había sido el suculento botín de guerra a repartirse en caso de victoria. Pero mediados del siglo II a.c. Roma se había convertido ya en la ciudad más rica el mundo gracias al lucrativo negocio de la guerra, y...
Fijaros: carretas cargadas con lingotes de oro y miles de esclavos saqueados a los pueblos vencidos entraban casi a diario en la ciudad.. Era tal la abundancia aquellos días que el Senado suprimió todos los impuestos a los ciudadanos, incluso se permitió el lujo de repartir trigo y prebendas gratis a sus cientos de miles de vecinos libres. Claro, que esto a la larga fue su perdición, se hicieron sibaritas y comodones y, mal-acostumbrados, dirían: ¡que trabaje y guerree su padre!.. En fin, nada nuevo bajo el sol..
Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario