sábado, 16 de enero de 2021

Un año mítico en la historia de Fuente de Cantos..

                                                                               



Amiga..

Me acostumbraste a tu insistencia.

Has conseguido alterar de manera irreversible

el sosiego de mis madrugadas.

Te has convertido, acaso a sabiendas,

en pícara cómplice de mi corazón.

Él y tú os habéis confabulado

para hacerme dependiente de tus besos..

--Joaquín--


Una de las cosas que de joven nunca había llegado a pensar siquiera era contemporizar hechos históricos ocurridos en España, y en el mundo en general, con la vida cotidiana y no tan cotidiana de Fuente de Cantos. Supongo que, igual que yo, la mayoría jamás habíais imaginado qué pasaba en el pueblo hace justo poco más de 500 años, cuando Colón andaba descubriendo América, exactamente en 1493, por ejemplo..

Bien, pues después de mirar unos interesantes datos, resulta que mientras Cristóbal Colón partía del puerto de Cádiz rumbo a la isla La Española (República Dominicana y Haití) en su segundo viaje y descubría Jamaica y Puerto Rico, nuestro pueblo recibía, dispuesta a instalarse, un aluvión de gente llegada de fuera, posiblemente de León, Galicia y de Castilla y multiplicaba por dos la población en unos pocos años, llegando a tener los mismos que tenemos ahora, es decir, unos 5.000 habitantes..

Pero, claro, tanta gente llegada de golpe, seguramente a ocupar las nuevas tierras que se estaban roturando más lejos del contorno urbano, no tenían casas donde cobijarse.. Así que, imaginamos que el pueblo se rodearía de chabolas de mala muerte, chamizos hechos de adobe, paja y barro. En ése año 1.493 había unas 950 casas censadas; las que había ya, más sólidas y las de medio pelo que acabamos de nombrar..

Pero fijaros, en el siglo XV, del que hablamos, aún era el final de la Edad Media y los Reyes Católicos se preparaban para conquistar Granada y expulsar definitivamente a los moros de la península, y claro, necesitaban soldados con caballos, armas y armaduras, ¿y saben cuántos había en Fuente de Cantos dispuestos a dar su vida por los Reyes y por Castilla? Pues exactamente ochenta y cuatro.. Si, ochenta y cuatro ricos caballeros hidalgos, que no pagaban impuestos, con caballo, armas, bagajes y criados, andaban prestos a que Isabel la Católica les llamaran para echarles una mano a expulsar a los moros; el resto de la población a trabajar y a pagar impuestos, no más..

Un año antes, sobre 1492, mítico año aquél para nuestros intereses patrios, pues no olviden que descubrimos un nuevo continente y unificamos el país, unos inspectores eclesiásticos de la encomienda de San Marcos de León, a la que pertenecía Fuente de Cantos, visitaron el pueblo y anotaron un montón de cosas que por aquí vieron. Y anotaron que el pueblo vivía de la agricultura y la ganadería, cosa que no sorprende. Pero si sorprende saber que eran bueyes los que araban la tierra y no mulas como pasó después. Y anotaron también que unas 62.000 fanegas de tierra dedicaba el término al cultivo de cereales, legumbres (habas o garbanzos) y zumaca para la pieles y la telas, y que dos Cañadas Reales atravesaban el pueblo: una, la que actualmente es la calle Real y otra por el sur que entraba por Calzadilla y llegaba hasta Segura de León, luego se juntaban las dos..

El hecho de que dos Cañadas Reales pasaran por el pueblo da pie a pensar que también teníamos una buena cabaña ganadera. Hay constancia de haber entonces en el pueblo muchos pastores. Por cierto, ¿saben cuales eran los apellidos más comunes en el pueblo en ese año? Pues: Martín, García, Domínguez o Navarro, algunos aún siguen siguen siendo muy habituales; los Yerga, mis antepasados, aún no habían llegado..

La pena es que sólo unos pocos años más tarde, a partir de 1508, muerta ya Isabel la Católica, y con Fernando el Católico (viudo) al mando de la corona de Castilla, el pueblo comenzó a perder población a lo bestia. En 1515 habíamos perdido ya el 30% de los habitantes. Y aunque aún no estaba Maldonado, el del tiempo, y decirnos que pasó para que se produjera tamaña desgracia, suponemos que terribles sequías algunos años, y lluvias torrenciales otros, dieron al traste con la pujanza de aquél 1492.. En fin..

Joaquín Yerga

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