viernes, 1 de enero de 2021

La belleza que ocultamos.

 




Se buscan maniáticas de la limpieza para pasar el domingo en mi casa y lo que 

surja.

--Anónimo--


Me reconocerán que no son estos los mejores momentos para ir de “punta en blanco”, o sea, bien arregladito, peladito y con la barba bien rasurada, ¡total para qué, si apenas tenemos vida social y la mascarilla nos impide mostrar nuestra velada belleza!.

Ahora bien, para dejadez la Edad Media, y su nula higiene en cuerpos, calles y casas.. El baño era un lujo sólo al alcance de unos pocos. Incluso había ordenes religiosas que decían que el baño era una ostentación innecesaria, y hasta hacían penitencia de abstinencia. Es decir, no tocaban el agua ni por prescripción médica. 

Para los que si podían bañarse en casa el método usado más común eran unas tinajas o grandes barreños en donde, quizás una vez al mes, primero se metía el padre, luego la madre y por último los niños. Por supuesto con la misma agua. Y den gracias que el agua restante no la usaran para el caldo...

Y mirad qué cosa más curiosa: era muy habitual que los sacamuelas fuesen de unos pueblos a otros haciendo honor a su oficio y acompañados de un ayudante con un tambor.. Así cuando los gritos del desgraciado al que le sacaban la muela se hacían ensordecedores, el tambor mitigaba el alboroto..

En fin, y nosotros sufriendo porque no podemos acicalarnos como nos gustaría..

Joaquín.



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