¿Me dices que me amas, así tan fresca,
sin mover un sólo músculo de tu cara y
ni un pálpito en tu corazón?.
¿Así entiendes el amor?
Cohabitar, besar, abrazar, estrujar...
¿Esa es tu manera?¿Esta es tu razón?.
Es curioso, yo pensaba que el amor era otra cosa.
Siempre creí que amar era desvivirse, suspirar, adorar,
soñar.. dejar el asunto en manos del corazón..
--Joaquín--
Luis colocó un día, a la vista de todos, un recipiente con medio pollo hervido en mitad de la plaza de su pueblo, al aire libre, pero con unos filtros para que no pasara absolutamente nada más que el aire limpio, puro, es decir, conservado en lo que ahora llamamos "al vacío". Allí dejó la olla durante varios días; el pueblo entero estuvo expectante y...
¡Oh, sorpresa!, nada le pasó al pollo, estaba rico como el primer día. ¡El tío había demostrado que la comida se pudría por la contaminación de los microbios que pululan en el aire..! Y argumentó que estos podrían provocar enfermedades.. Acertó de pleno, gracias a él nos hemos salvado millones de vidas humanas.
Durante toda la vida se creyó, incluso Aristóteles, el padre de la ciencia lo aseguraba, que la vida microscópica surgía espontáneamente, de manera que, por ejemplo, las pulgas salían del polvo y los gusanos de la carne muerta; también que las enfermedades brotaban de adentro del cuerpo.. ¡Y mira por donde que llegó Luis, a desmentir éstas ancestrales creencias!.
Y hablando de Luis, estaba el hombre tan obsesionado con la limpieza de la manos que lo hacía de manera compulsiva. Se negaba a estrechar manos y limpiaba cuidadosamente cada vaso y cada plato antes de cenar. Algunos andamos cerca ya de eso 😅😅😅
Por cierto, no os lo he dicho, Luis se apellidaba Pasteur, y era francés.. 😉😉😉
En fin.
Joaquín
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