Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.
--San Agustín--
La religión es un
sistema de normas y valores humanos que se fundamenta en la creencia
de un orden sobrehumano..
¿Nunca se han preguntado cómo pudo
empezar esto de la religión que tanto nos importa?. Pues supongo que empezaría en los remotos
tiempos prehistóricos cuando los hombres, ante la incertidumbre y
los miedos a las fieras y las inclemencias meteorológicas, dedujeron
que algo superior, invisible pero omnipresente, velaba por ellos y
sus bienes. Tengan en cuenta que existían infinidad de calamidades
de todo tipo que ellos no controlaban y por las que se verían muy
desprotegidos y desamparados.
En un principio fueron animistas; creían que los animales, los mares, las montañas y las fuerzas de la naturaleza tenían alma.. Después politeístas, es decir, cada fenómeno natural tendría un creador y a él habría que dirigirse y complacerle cuando se necesitara; por ejemplo el Dios del mar, de la guerra, del viento, de la fertilidad etcétera.
Hasta los tiempos de los romanos se dio esa modalidad en occidente. Luego, como todos sabemos, vino el monoteísmo. Un sólo Dios que empezó por los judíos y acabó en nosotros mismos con el cristianismo.. Entre medias, y en algún que otro lugar del mundo, hubo algunas religiones de base dualista; creían que el mundo interactuaban dos poderosas fuerzas, el bien y el mal, y ambas eran independientes. El zoroastrismo o el maniqueísmo con fundamentos parecidos son dualistas..
No obstante, durante el primer milenio antes de Cristo surgieron en China otros tipos de religiones en las que los dioses no eran lo primordial; creían que el orden sobrenatural que rige el mundo es cosa de las leyes naturales de la tierra y de los hombres, y no de las divinas, y ahí tenemos el budismo, el sintonismo o el taoísmo.
Posiblemente la religión del futuro de la humanidad sea el sincretismo, o lo que es lo mismo un poco de cada una de ellas, supongo...
Joaquín
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