miércoles, 20 de abril de 2022

No desearás a la mujer del prójimo

                                                                                  



Huye de ese mortal desasosiego

que interroga a las sombras del Destino;

la vida es ciega y el amor es ciego,

pero nunca equivocan el camino.

--Ricardo León--



¡Qué tío!.. A pesar de ser católico practicante maldito caso le hizo al noveno mandamiento de la ley de Dios, cuando dice: No desearás a la mujer del prójimo, porque deseó, y mucho, a casi todas las chicas que se le ponían a tiro. Solteras o casadas, le daba igual.

Según le dijo una vez a un amigo “el día que no tengo cerca una mujer sufro dolor de cabeza”. Su mujer, Jacqueline, aun sabiendo lo que tenia en casa, apenas nada podía hacer por remediar el ardor sexual de su marido.

El tipo fue uno de los hombres más populares de su país, y del mundo, diría yo. Cosa inaudita porque realmente tampoco hizo tanto para merecer esto. Tal vez el hecho de ser tan joven, tan liberal, y hacer de su residencia una especie de corte de Camelot, en donde su mujer, Jacqueline, hacía las veces de reina consorte imitando a las monarquías europeas, fuese parte del secreto.

Pero no todo era oro lo que relucía en esa esplendorosa corte que era entonces "la Casa Blanca"o sí, depende... porque  John F. Kennedy. tenia un punto flaco, su pene, y no busquéis concordancia con la disfunción eréctil, sino todo lo contrario, por el juego que le daba.

La más famosa de todas que se llevó al catre la podéis imaginar, Marilyn Monroe, la espectacular actriz de Hollywood. Otra rubia explosiva que yació con éste salidorro presidente fue otra actriz, Jane Mansfield. Hicieron el amor de manera esporádica durante el periodo 1957-1963.

También la atractiva actriz, Angie Dickinson, en una visita que realizó a la Casa Blanca probó en sus carnes el ardor guerrero de Kennedy. O Zsa Zsa Gábor, otra conocida actriz, rubia platino y de largas piernas, hizo coyunda con el Presi. La conoció en un avión en 1952 y a partir de entonces cada vez que la necesitaba recurría a ella para saciar su fogosidad. Hizo el amor con ella incluso días antes de su boda con Jacqueline.

Pero no hay dos sin tres, también la super famosa Marlene Dietrich saboreó las mieles de sus besos. ¿Predilección por las rubias?. Pues sí, porque se empiltró con la secretaria de su mujer Pamela Turnetone, con una espía soviética Ellen Romestch, con la amante del mafioso Giancana, Judith Campell, con Mary Meller, cuñada de su mejor amigo, y por no extenderme, con Marion Fahnestock becaria que buscaba su primer empleo en la Casa Blanca. O sea que Bill Clinton y Mónica Lewinsky no fueron los pioneros en practicar sexo oral en la sala oval, ¡con la que le cayó a los pobres!...

Ah, y a todo esto, el amigo John estaba tullido, padecía la enfermedad de: Addison, insuficiencia renal, hipotiroidismo, colitis, úlcera de duodeno, dolores agudos de espalda etc. etc. Y digo yo: ¿Qué hubiera hecho el tipo este de estar sanote y no una piltrafa?. 

En fin…

Joaquín 




       

                                                                                    


                                                                        



                                            


                                                                             

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