Asesinato por decreto..

                                                                               

En mi alma, hermana de la tarde, hay contornos,

y la rosa simbólica de mi única pasión

es una flor que nace en tierras ignoradas

y que no tiene aromas ni forma ni color.

¿Besos? pero no darlos ¿Gloria? la que me deben,

que todo como un aura se vengan para mi,

que las olas me traigan y que las olas me lleven

y que jamás me obliguen el camino a elegir.

¿Ambición? No la tengo ¿Amor? No lo he sentido.

No ardí nunca en un fuego de fe y gratitud.

Un vago afán de arte tuve.., Ya lo he perdido.

Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud..

--M. Machado--

Es curioso, la única manera de salir de nuestro cuerpo que tienen los genes es por donde han entrado, por los gametos o células sexuales. Hicieron falta dos gametos (un óvulo y un espermatozoide) para producirnos a cualquiera de nosotros, pero cada uno sólo podemos producir uno de ellos, o espermatozoide u óvulo, dependiendo de nuestro sexo.

Esto de los genes es la leche, los tíos son unos tiranos que no ven más allá de si mismos, sólo quieren ser ellos en perpetuarse. No hay más que ver la carrera frenética y contra reloj que mantienen los espermatozoides por ser el primero en llegar.

Y qué me decís del horror del infanticidio que utilizan algunos mamíferos para ser ellos y no otros los que transmitan sus genes. En sociedades formadas por varias hembras y un solo macho Alfa, como en la de los leones, monos o gorilas, la sustitución de este por otro conlleva la muerte de las crías del macho anterior.

El infanticidio hace que la madre del lactante empiece un nuevo ciclo ovárico y vuelva a poder engendrar, cosa que hará sin ningún inconveniente con el nuevo macho, el que ha matado a sus crías y a quien no odia (o por lo menos no rechaza). Los dos ganan con ello, el padre transmite sus genes inmediatamente (su reinado no va a ser eterno), y la madre, porque el hijo que tuvo del primer macho anterior ya está muerto y no tiene remedio.

Así es la vida, perpetuación de la especie. Es decir, primero yo, luego yo, y despues yo, no os equivoquéis..

Joaquín..