viernes, 1 de abril de 2022

La promesa..

                                                                                          



El camino.

No conseguirá nunca tu lanza

herir el horizonte.

La montaña es un escudo

que lo guarda.

No sueñes con la sangre de la luna

y descansa.

Pero deja, camino, que mis plantas

exploren la caricia de la rociada.

¡Cuánta melancolía tienes

entre las casas del poblado!

¡Qué clara es tu virtud!

Aguantas cuatro carros dormidos,

dos acacias, y un pozo del antaño

que no tiene agua.

Pero sal de los campos

y en la negra distancia de lo eterno,

si tallas la sombra con tu lima blanca,

¡oh, camino! ¡Pasarás por el puente

de Santa Clara!

--Lorca--



Cuentan las crónicas, y parece ser que fueron ciertas, que Cristóbal Colón prometió un premio dotado con una suma considerable de dinero al primero que avistase tierra en cualquiera de las tres carabelas que comandaba rumbo a lo desconocido.

El avispado de Rodrigo de Triana fue el primero que gritó ¡¡Tierra a la vista!!.. De hecho, por ése grito se hizo famoso; tened en cuenta que sus ojos fueron los primeros de los occidentales que vieron el Nuevo Mundo. Pero...

¿Sabéis qué pasó después? Pues que el ingrato y mal-queda de Colón se olvidó de su promesa, y Rodrigo se quedó “a dos velas”, y nunca mejor dicho tratándose de marineros y de barcos.

Dijeron malas lenguas que tan mal le sentó al pobre la deslealtad de Colón para con él, tan irritado y desilusionado quedó, que acabó sus días convertido al islamismo en el norte de África...

Ya veis qué tragedia supuso para éste buen marinero el olvido de una promesa. A veces cualquier despiste, cualquier lapsus de algo jurado y prometido puede dar al traste con los sentimientos de una persona, y luego pasa lo que pasa..

Joaquín




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