Yo no puedo vivir sin un afecto
que alumbre y guíe mi camino recto
con un dulce fulgor;
por eso, con la angustia de un sollozo,
retorno a tu lado, trémulo y lloroso,
a repetirte mi canción de amor.
--Facundo Recalde--
¿Teneis alguna foto de cuando erais jóvenes? Seguro que las veces que las volvéis a ver haceis verdaderos esfuerzos para asegurarnos que realmente sois vosotros el personaje de la foto.. ¡Habéis cambiado tanto!..
Cierto, con los años cambiamos una barbaridad. Crecemos, nos desarrollamos, maduramos, envejecemos, y nos olvidamos de muchas cosas.. A la mayoría les salen arrugas, a otros se nos cae el pelo, cambiamos de puntos de vista, de forma de vestir, de prioridades etcétera. Entonces, ¿Qué queda en nosotros de ese joven que vemos con nostalgia en las fotos? ¿Hasta qué punto somos la misma persona que éramos hace sólo unas décadas?.
Quizás la impresión que tengamos sea que apenas hemos cambiado, pero no os equivoquéis, seguimos pareciéndonos algo en el aspecto físico, en los rasgos principales, pero casi nada en el psicológico y manera de pensar, os lo aseguro..
Yo puedo ser el mismo hombre de hace cuarenta años, pero no soy la misma persona.
Por cierto, lo que nos hace ser la misma persona a lo largo del tiempo es nuestra conciencia de nosotros mismos. Lo que no puedes recordar no forma parte de ti..
Joaquín
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