Amiga..
Lo que son las cosas; lo seguro que
estaba de no poder vivir sin ti.
La de veces que soñé acabar
nuestro periplo juntos y,
sin embargo, aquí me tienes ahora,
recordándote, apenas, de vez en cuando.
Y tu ni te molestas saber si existo..
--Joaquín--
Mirad, a ver si os suena. Corría el siglo XIV, es decir, pleno renacimiento italiano. Un día llega a Venecia un barco cargado de especias procedente de China, vía Constantinopla, como tantos otros, pero éste barco traía algo más, digamos algo más especial, dentro de él venia: “la muerte”..
Si, unos cuantos marineros de ése tenebroso barco llegaban infectados de esa terrible enfermedad que llamamos “peste”. Se extendió como un reguero de pólvora por toda Italia y después por toda Europa; los infectados fueron millones..
En Florencia, en 1348, la peste estaba haciendo ya estragos. Los muertos se contaban por cientos tirados por las calles de la ciudad. Los operarios no daban a basto a recogerlos y quemar sus enseres después para evitar más infecciones..
En medio de ese infernal ambiente, unos jóvenes, mujeres y hombres, se conocieron por casualidad y decidieron recluirse en una casa a las afueras de la ciudad (una villa de campo) para no contagiarse. Reunidos en la mesa camilla y para pasar el rato, decidieron contar cada uno de ellos un cuento día; eran diez
Giovanni Bocaccio vivió todo eso, y lo plasmó en un libro. Le puso de nombre El Decamerón (diez). Con el tiempo fue uno de los libros más leídos de la historia. Los cuentos los hay de todo tipo, pero predomina los eróticos y picantes. Hoy casi setecientos años después se repite la historia. ¡Qué disparate! ¿No?.
Claro que puestos a buscar diferencias con aquellos lejanos tiempos las podríamos encontrar, y muchas.. Por ejemplo, hoy sería impensable imaginar a diez jóvenes reunidos entorno a una mesa contando cuentos. Supongo que harían de todo menos eso..
También podríamos buscar similitudes entre ambas epidemias, la de la peste y la del coronavirus. Sin ir más lejos ambas venían China, ambas entraron por Italia y ambas han causado cientos de miles de muertos. Por cierto, aquella de la peste duró dos años, esperemos que, por nuestro bien, aquí se acaben las similitudes.
--Joaquín--
No hay comentarios:
Publicar un comentario