Cuando esto acabe...
Acuérdate, amigo..
Ocurrió durante aquel vendaval invisible,
callado y letal, llegado de oriente que
a su paso tanto dolor y muerte dejó.
La tierra quedó herida, la gente lastimada,
los sueños rotos, las ilusiones
perdidas...
--Joaquín--
Cuando
todo esto termine será como cuando un violento tornado acaba
de pasar por un pueblo del centro-oeste americano y la gente sale a
la calle por primera vez a comprobar qué ha quedado en pie. Quizás
nosotros tengamos que hacer lo mismo.
Sí,
cuando acabe ésta calamidad podríamos ir a la plaza del barrio y
pasar lista uno por uno a comprobar quienes faltan. Apuesto que nos
llevaríamos grandes sorpresas al ver la enorme cantidad de conocidos
que ya nos están entre nosotros. A Jesús, por ejemplo, ése simpático vecino que muchas mañanas me señalaba un lugar dónde aparcar mi coche en nuestra atestada calle, no volveré a
verlo. Tampoco podré ya saludar a algunos amigos (porque han muerto)
y a sus parejas, bailando un pasodoble en el Ninot, o
en el Golden de Gran Vía los
sábados por la noche..
No, ya no volveré a ver a Pablo sudando la gota
gorda en la pista de baile, meneádose al ritmo de un merengue, ni
a Esteban y Guadalupe, bien
agarraditos y compenetrados, marcándose un tango, que tan bien lo
hacían; desgraciadamente el virus se los llevó por delante..
Ignoro
a cuántos más me tocará echar de menos. Esto no ha hecho más que
empezar. Sólo una cosa tengo clara, miedo me da retomar la
normalidad y volver a nuestras salas de fiestas. Es ahí, cuando
empiece a mirar a un lado y a otro y los vea vacíos, cuando seré
verdaderamente consciente de la tragedia, mi tragedia..
Joaquin
No hay comentarios:
Publicar un comentario